El catolicismo visto de cerca

Los editores de Cambridge Universitary realizaron recientemente el encargo a diversos autores de reconocido prestigio de estudiar el Islam, el budismo, el judaísmo y el cristianismo, con la intención de buscar un análisis sereno y así poder proporcionar elementos, al menos teóricamente, para el diálogo interreligioso y cultural.

El resultado es bastante bueno en las obras anteriores y también en esta, en la que se entrega un estudio evaluable, objetivo y sereno, sin lugares comunes, frases hechas y leyendas negras, ni ideas preconcebidas, etc.

Las preguntas a la historia, a la Tradición y Magisterio de la Iglesia y, por supuesto, a qué dice la Escritura. Por tanto se podría resumir qué dice Dios sobre la Iglesia, Ella sobre sí misma,  la Iglesia de sí misma, qué han dicho de ella en la historia y qué dicen los hombres.

Es muy interesante la referencia de las primeras páginas de este trabajo a  los padres apostólicos, apologistas, padres de la Iglesia y llegar así suave pero firmemente a san Vicente de Lerins y repetir con él: "Debemos tener cuidado en el seno de la Iglesia católica para no desviarnos de lo que ha creído todo el mundo en todo lugar. Solo esto es lo propiamente católico, como demuestra su fuerza y la etimología de su nombre, que indica que incluye todo lo que realmente es universal" (15).

Bajo el epígrafe "el catolicismo visto de cerca" el autor lo que apunta a la clave de todo, pues no sólo dogmáticamente, sino también espiritualmente todo apunta al misterio de Cristo: "La tensó entre la trascendencia y la inmanencia de Dios se aprecia en la forma en que la Iglesia Católica entiende la figura de Jesucristo" (19).

El catolicismo va a subrayar el principio de la confianza en los padres de la Iglesia y en nuestros padres en la fe, lo que para el autor, podría resumirse en: sacramentalidad, realismo eucarístico, comunión, etc. (pp., 27, 113).

Enseguida y, partiendo, de san Pablo el autor hablará de santidad. Santidad en el cielo, en la tierra y la llamada universal a la santidad, recordada solemnemente en el Concilio Vaticano II, pero vivida dese el comienzo del cristianismo, como universalidad de la llamada: "En otras palabras debemos resistirnos a la idea de que solo son santos los canonizados y los venerados públicamente como tales" (73).

Respecto al tema de la infalibilidad pontificia, es interesante el alto grado de conocimiento del mismo, por parte del autor: "En ciertas circunstancias, el papa goza del carisma personal e la infalibilidad,  pero como se ha señalado recientemente, quizá convenga afirmar que el papa ejerce la infalibilidad  en vez de decir que el papa es infalible. Y que esta segunda forma de expresión podría llevar a los incautos a pensar que todo lo que die el papa es infalible" (135).

Terminaremos con El capítulo X, sobre la vida moral que era desde el comienzo un reto para el autor, tal y como él mismo dice (215) y efectivamente resulta un poco anquilosado. Quizás podría darle más luz la lectura de la Encíclica de San Juan Pablo II "Veritatis splendor", pues el autor, no termina de captar bien que el amor a Cristo y a la verdad, son la guía perenne de la conciencia cristiana, más que la dura y fría ley.

José Carlos Martín de la Hoz

Lawrence S. Cunningham, El catolicismo. Una introducción, ed. Akal, Madrid 2014, 271 pp.