¿Quién soy yo, realmente? ¿Qué hago aquí, cuál es el sentido de mi vida? ¿Mi camino está ya prefijado por Dios? ¿No soy yo, entonces, quien decide? ¿Y cómo se percibe ese camino? ¿No sería todo más fácil si Dios se mostrara más claramente? ¿Y si no me atrevo? ¿Y si no acierto?
Estas preguntas se dirigen a lo más hondo de nuestra vida y, por tanto, a la fuente misma de la felicidad. El autor explica cómo Dios llama a todos, no solo a algunos, y espera siempre una respuesta libre, alegre, confiada y generosa en el camino concreto que toca a cada uno discernir y vivir.
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Un libro novedoso sobre un
Un libro novedoso sobre un tema de siempre. Incluso quizá podríamos decir que es un tema que ha sido manoseado excesivamente. En este libro breve encontramos razonamientos muy lógicos para entender de qué hablamos cuando nos referimos a la vocación. Empezando por advertir que todos tenemos una llamada a la santidad, es decir al encuentro con Dios para siempre, la felicidad del cielo. Esa llamada universal tiene muchos caminos, necesariamente, porque en la sociedad y en la Iglesia hay necesidad de hombres y mujeres en muy diversas funciones. Cada uno, con libertad, tiene que ir descubriendo ese camino. El libro es breve y puede parecer que un tanto reiterativo, pero es indudable que hay una serie de aspectos de la vida del hombre que se pueden estudiar desde distintos puntos de vista. Leer artículo>>