Discursos del Canciller alemán Konrad Adenauer (1876-1976) sobre política cristiana. Pronunciados al final de la Segunda Guerra Mundial, el político alemán propugna la unidad de los países de Europa como medio para consolidar la paz.
Konrad Adenauer presidió la Unión Cristiano Demócrata (CDU) desde 1950 hasta 1966 y gobernó la República Federal Alemana entre 1949 y 1963. Destacó por su espíritu europeista.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2014 | Encuentro-CEU |
2016 |
84-9055-060-1 |
Título completo: El fin del nacionalismo y otros escritos y discursos sobre la construcción europea. |
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Cuando en Alemania es
Cuando en Alemania es derrotado el nacional-socialismo en 1945, el país queda sumido en un vacío ideológico. Adenauer, que había vivido ese periodo apartado de la política, participa en la fundación de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y comienza hablar de introducir el cristianismo en la política, suprimir la adoración del Estado y orientarla al apoyo de las personas individuales, comenzando por facilitarlas vivienda y trabajo (pág.66).
Para el canciller el primer enemigo de una política cristiana es el materialismo, que el autor hace derivar de una apreciación exagerada de la ciencia y la técnica (pág.143). El materialismo conduce a la apatía espiritual y política (pág.194). Como superviviente de la República de Weimar, Adenauer sabe que la democracia no se agota en su forma parlamentaria, ni en el poder de la mayoría sobre la minoría que puede llegar a convertirse en una dictadura (pág.31). Pone el ejemplo del año 1933, que vio subir al poder al partido nazi con la bendición del Bundestag. Recuerda, igualmente, que la lucha de clases es incompatible con un sentido cristiano de la política: "Lucha de clases y democracia -afirma- son incompatibles" (pág.53).
Para Adenauer la unión de los Estados europeos es la solución para evitar las guerras en lo sucesivo. Hay que comenzar por "los intereses económicos comunes, que son la base más sana y duradera para las buenas relaciones entre los pueblos" (pág.58). Conseguir un sentimiento de unidad y una solidaridad real que alcance tanto a las personas como a los Estados (pág.95). Romper las barreras psicológicas que ha levantado la historia: "Una de las bases del cristianismo -escribe- es el amor y el respeto por el prójimo. Este principio se aplica también a unas naciones frente a otras" (pág.177).
Aun cuando Adenauer hablase hace medio siglo, sus palabras son aplicables hoy en día. Define la labor política como "cuidar de los derechos y valores de cada individuo (...) anteponiéndolos a los propios deseos y ambiciones" (pág.31). Cuando habla de unidad el Canciller se está refiriendo a la unión de los países europeos, pero es inevitable aplicar sus principios a la situación actual de España cuando dice: "Sólo será posible una época de paz y cooperación si las ideas nacionalistas se excluyen de la política" (pág.175).
Una lectura interesante para descubrir el sentido de la política y de las relaciones entre los pueblos.