1984 sitúa su acción en un estado totalitario. Como explica O'Brien, el astuto y misterioso miembro de la dirección del partido dominante, el poder es el valor absoluto y único: para conquistarlo no hay nada en el mundo que no deba ser sacrificado y, una vez alcanzado, nada queda de importante en la vida a no ser la voluntad de conservarlo a cualquier precio. La vigilancia despiadada de este Superestado ha llegado a apoderarse de la vida y la conciencia de sus súbditos, interviniendo incluso y sobre todo en las esferas más íntimas de los sentimientos humanos.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
---|---|---|---|---|
2014 | Debolsillo |
432 |
978-84-9032-824 |
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2023 | Ediciones B |
336 |
978-84-19260-15-4 |
Edición ilustrada |
Comentarios
La relectura que vuelvo a
La relectura que vuelvo a hacer de esta novela, después de muchos años, me reafirma en mi impresión de la primera vez: se trata de una obra maestra que, lamentablemente, resulta cada vez más profética. Orwell describe con una pasmosa agudeza y profundidaz los resortes de los regímenes totalitarios y las estrategias de aquellos mandatarios que, una vez han alcanzado el poder, hacen de este su único fin. La neolengua de la que habla Orwell es un hecho en las jergas ideológicas actuales, que aspiran a cambiar la realidad, imponer un pensamiento único y convertir la discrepancia en delito. Sorprende la actualidad de este libro, publicado hace más de ochenta años. Estoy de acuerdo con alguno de los comentarios en que es un libro muy crudo que no se puede recomendar sin ton ni son. En cuanto a la calidad literaria, el texto original tiene una prosa magnífica. Es cierto que no es una novela al uso y que, en algún momento, se hace un poco lenta.
1984 sitúa su acción en un
1984 sitúa su acción en un estado totalitario. Como explica O'Brien, el misterioso miembro de la dirección del partido dominante, el poder es el valor absoluto y único. Todo debe ser sacrificado para conquistarlo y, una vez alcanzado, hay que poner todos los medios para conservarlo a cualquier precio. La vigilancia despiadada de este Superestado se apodera de la vida y la conciencia de sus súbditos, interviniendo en las esferas más íntimas de los sentimientos humanos.
Las consignas repetidas son: «La guerra es la paz. La libertad es la esclavitud. La ignorancia es la fuerza». Es significativo que esta manipulación necesita destruir el principio de no contradicción, emplear la neológica contra la lógica, deconstruir los hechos, y destruir cualquier verdad.
Totalmente de acuerdo con “conpriego”, incluido el asunto de la recomendación. Orwell es profético. En muchos aspectos de su novela –que como tal es gris y lenta- muestra situaciones que hemos visto repetirse a lo largo del siglo y veinte y que se dan ahora, lo que hace pensar en el interés de algunos de mantener una cierta situación de totalitarismo. En el estado absoluto que dibuja el autor se presenta, como medio para esclavizar las mentes las frivolidades literarias. Es mejor que la gente no piense. La obsesión por la lotería, para que los sujetos no piensen en su libertad. El relativismo, como solución para no buscar ideas. No hay verdad absoluta, pero luego se observa que el Partido tiene la verdad absoluta, nadie puede discutir. Destruir el lenguaje, para que haya serias dificultades para pensar. En fin, escalofriante, sobre todo viendo que estas cosas pasan.
En algún momento este libro me ha servido para seminarios de literatura a bachilleres, incluso creo que llegué a hacerlos pensar... casi nada. Ahora mismo creo que serviría para hacer comparaciones muy actuales. Me gustó, aunque literariamente no me parece una joya, al menos sirve para reflexionar.
Creo que éste libro desde mi punto de vista, trae un futuro que por desgracia no está muy lejos. Mismamente en EEUU con el tema de ese socialismo arraigado que tienen que se asemeja tanto al propuesto por el Gran Hermano: el tener tento control, etc. Sin embargo uno debe mirar con criterio esta lectura, intentado tener un diálogo consigo mismo y como si lo tuviese (esto ya profundiazando en la novela) con O0biren (como si fuesemos el protagonista). Es recomendable ver, si puede ser en versión original (existe en DvD) la versión cinematográfica a modo de resumen. No es una pelicula excelente pero resume muy bien el libro y es recomendable una vez leído. Casi seguido es necesaria al lectura de "Un mundo feliz" de Aldous Huxley, en la cual, se narra otra sociedad no muy lejos tampoco de la actual (aunque en algunos aspectos por fortuna andamos lejos) mas desde un punto de vista científico, pero que se contrapone y complemente a ésta visión que nos ofrece George Owel. En general, dos libros que nos darán un punto de vista o un ligero criterio para entender e intentar valorar dónde se haya la sociedad actual y qué debemos hacer como personas o como educadores (en el caso de lso profesores claro está) para paliarlo.
Tal vez se trate de una de las novelas de carácter "futurista" que más profundidad crítica poseen. Se trata, sin duda, de una lúcida percepción de los límites -ausencia de límites- a los que el poder político puede llegar. A mi juicio establece las bases de los sistemas totalitarios tal y como serán en este siglo. La raíz estará en la ausencia de libertad de pensamiento en su sentido más radical: dominio del lenguaje, de los medios de comunicación, de la conciencia y por tanto ausencia de libertad religiosa -la única religión es el estado mismo-, la aniquilación del núcleo conyugal y familiar como lugar en el que la confianza mutua puede poner en peligro la lealtad al estado, etc.
Es cruda: desde la tortura a la sexualidad. Por eso tiene algunos puntos que a muchos, lógicamente, desagradarán: por eso no la recomendaría indiscriminadamente. A quien quiera estudiar esta cuestión, sí podrá aportarle alguna luz.