Carlos Javier Morales confirma una vez más que es un poeta de enorme poderío emocional, fuertemente vinculado a sus paisajes tinerfeños, a su actividad académica y a sus seres queridos, en los que encuentra el sentido más vivo de su existencia y el poso necesario para su creación lírica.
Como él mismo afirma en el poema inicial del libro, «sueño y realidad se enlazan / en una eternidad que nunca he visto / pero que vivo a diario», y es en esa confluencia de la trascendencia (el sueño) y de la cotidianidad (la realidad) donde Morales asienta su mundo propio, manifestándonos sus inquietudes sobre la muerte o sobre Dios; donde el paso del tiempo o el gozo del presente invaden de plenitud su vida; donde cualquier elemento de la naturaleza o cualquier acontecimiento es motivo de celebración e incluso de redención. Todo ello expresado con un lenguaje intenso que lo enmarca en una rica tradición literaria contemporánea, pero que no acalla su voz personal, reconocible y enternecedoramente humana.
Nuevo poemario de Carlos Javier Morales, con su tierra canaria como ámbito de reflexión y de cántico hondo y sentido.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
---|---|---|---|---|
2020 | Ediciones Rialp, S.A. |
80 |
978-84-321-5270-2 |
Número 675 de la colección Adonáis de poesía. Edición en papel y digital. |
Comentarios
En este nuevo poemario,
En este nuevo poemario, Carlos Javier Morales (Santa Cruz de Tenerife, 1967) nos ofrece una nueva muestra de su madurez poética y humana y de su estilo muy personal. En este libro, hay unas referencias concretas a su tierra canaria, sobre todo al mar, y a algunas circunstancias biográficas, que sirven también de pauta para explorar desde el microcosmos isleño al macrocosmos; es decir, para indagar sobre la condición humana, el sentido de la existencia, la memoria del pasado... Lo concreto y lo general se armonizan en unos poemas serenos, vibrantes, en los que hay reflexión, pero también intuición y afectividad, apoyados en matizadas descripciones del mar, de los lugares en los que el poeta se detiene a pensar y contemplar, sin que falten los homenajes a personas de carne y hueso. Hay poemas de gran belleza como "Rosa íntima", por poner un ejemplo, pero se trata de un libro en el que no hay altibajos en las cuatro partes en que se agrupan los poemas. Un poemario que merece la pema leer. Luis Ramoneda