Treinta y un poemas componen este libro, que responden bien al título: canto de plenitud, de madurez, en el que el paisaje castellano sirve de ámbito, para desarrollar imágenes y reflexiones sobre la existencia, el amor, la contemplación, el sosiego, en contraste con el ritmo ajetreado que tan a menudo nos impide valorar lo importante y nos engaña o confunde, por esto el poeta invita a "lo cierto no dejar por lo dudoso". Buen ritmo, en el que los encabalgamientos juegan un papel destacado. Excelente poemario. Luis Ramoneda
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Treinta y un poemas componen
Treinta y un poemas componen este libro, que responden bien al título: canto de plenitud, de madurez, en el que el paisaje castellano sirve de ámbito, para desarrollar imágenes y reflexiones sobre la existencia, el amor, la contemplación, el sosiego, en contraste con el ritmo ajetreado que tan a menudo nos impide valorar lo importante y nos engaña o confunde, por esto el poeta invita a "lo cierto no dejar por lo dudoso". Buen ritmo, en el que los encabalgamientos juegan un papel destacado. Excelente poemario. Luis Ramoneda