Es un libro de poco más de 100 páginas, que el autor divide en cinco apartados: el sentido del sexo, la locura de casarse, la diferencia sexual, personalización de la sexualidad y por último, estética y sexualidad.
Voy a exponer un resumen de este libro, por si a alguien le sirve de ayuda. Me parece un libro adecuado para toda persona que quiera conocer el verdadero sentido del sexo. La persona está formada por cuerpo y alma. Son dos conceptos inseparables. A través de nuestro cuerpo expresamos el reflejo de nuestra alma, de nuestro espíritu. La sexualidad tiene una finalidad, esa finalidad es la de tener hijos; la sexualidad es además expresión corporal de nuestra capacidad de amar, pero esta expresión de amor es buena y santa entre esposos, esto es, dentro del matrimonio. Antes de hablar de matrimonio el autor nos distingue tres niveles en el amor entre hombre y mujer: 1. Atractivo físico, es fundamental, pero al mismo tiempo es el más elemental, ya que es común a la naturaleza animal. 2. Enamoramiento afectivo, sólo se da en la persona, pero no es suficiente para una entrega total. 3. El amor personal, es un amor con el que aceptamos a la otra persona con sus defectos y virtudes para siempre. Le entregamos a la otra persona nuestro cuerpo, nuestro corazón y nuestra vida entera. Este nivel sólo es propio del matrimonio, por tanto, sólo es bueno dentro del matrimonio. Retomando el tema del matrimonio, daré una definición muy sencilla, pero muy significativa de lo qué es el matrimonio: uno con una para siempre, de cara a los posibles hijos. La excitación sexual es buena cuando los esposos se preparan para esa entrega total, ya que en este caso la excitación sexual es muestra de cariño. Casarse es entregarse para siempre, por tanto, casarse con la posibilidad legal del divorcio, no es realmente un compromiso, porque ya no es una entrega para siempre. Otra cosa muy distinta es que en determinadas situaciones, en las que la vida en común entre esposos es imposible o perjudicial, lo más conveniente sea la separación, pero, la separación no es lo mismo que el divorcio, la separación es que los esposos dejan de mantener la vida en común, pero el matrimonio se mantiene, no deja de existir, por tanto ninguna de las dos personas puede entregar su cuerpo, su corazón y una vida, que ya había entregado. Otra cosa también muy distinta, es que los esposos al casarse, alguno de ellos o los dos, se hubiesen casado con la intención de no casarse para siempre, y de cara a los posibles hijos, entonces en éste caso la Iglesia Católica después de un proceso judicial que demuestre los hechos, declararía la llamada sentencia de nulidad, porque en realidad nunca hubo matrimonio. Si entendemos todo esto, nos daremos cuenta que no es lo mismo acostarse antes que después de casarse. Cuando nos casamos nos entregamos para siempre y por completo, por tanto sólo entonces es cuando tiene sentido el acto sexual, porque es un acto de amor. Me gustaría explicar esto con un ejemplo del autor: una pareja se va a casar dentro de un mes, realizan el acto sexual porque están muy seguros de su amor, y porque tienen intención de entregarse para siempre. Tienen un accidente y uno de los dos queda gravemente herido, e incluso desfigurado. Si se hubiesen casado la otra persona tendría la obligación de permanecer junto a él, pero al no heberse entregado para siempre, esta persona si quiere puede abandonarle, dejarle o como queramos llamarlo, ya que no ha habido esa entrega total y para siempre. Con este ejemplo vemos claramente la diferencia que existe entre entregarse antes, que después del matrimonio. A la hora de plantearnos la diferencia sexual entre hombres y mujeres, debemos saber que tenemos muchas cosas en común, la mayoría de las cosas son comunes: la dignidad humana, la inteligencia, la capacidad de amar y de entrega... Entonces, nos hacemos la siguiente pregunta: ¿por qué nos diferenciamos en hombres y mujeres?, la respuesta es muy sencilla, por la necesidad de tener hijos. La imagen que se nos muestra en los medios de comunicación acerca del cuerpo del hombre y de la mujer, es una imagen únicamente enfocada a hombres y mujeres como objetos sexuales, y no como personas. No vemos en la imagen de la mujer y del hombre la verdadera imagen que tendríamos que ver, la de posible padre y madre. Sexo y amor son dos caras de la misma moneda, cuando aislamos uno de estos elementos estamos introduciendo un factor que corrompe la imagen de la sexualidad. "El sexo está hecho para expresar la ternura del amor". La sexualidad como he dicho es expresión de nuestra capacidad de amar y de entrega, por eso hay que educar la sexualidad porque si no la educamos podemos caer en comportamientos propios de los animales. "Toda caricia que busque la excitación sexual fuera de la perspectiva del acto sexual dentro del matrimonio, es mala". Si nuestro cuerpo es expresión del alma -como venimos diciendo- por este motivo, tenemos que cuidar nuestra imagen, nuestro modo de vestir. Lo que es púdico o impúdico, depende de la situación en la que nos encontremos. Un ejemplo muy significativo que nos pone Mikel Gotzon, es que no es lo mismo ir en traje de baño a la playa que a una fiesta, o al trabajo. La desnudez, tiene que ir siempre ligada a la entrega total de la propia persona, en el matrimonio. No todo el mundo puede permitirse mirar cualquier cosa, lo que para una persona con cierta madurez, y dominio sexual es prudente, para otra que no tenga estas características es una imprudencia. Por supuesto, hay cosas que no son prudentes mirarlas para nadie. Por tanto, es imprescindible educar los sentidos, la imaginación y los deseos, para tratar a las personas como personas, y no como objetos sexuales.
El autor, sacerdote, explica con un lenguaje sencillo, claro y explícito, cuidando la pulcritud, lo que es el verdadero amor entre dos personas que aspiran al niviazgo. Muy interesante para gente joven.
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Voy a exponer un resumen de este libro, por si a alguien le sirve de ayuda. Me parece un libro adecuado para toda persona que quiera conocer el verdadero sentido del sexo. La persona está formada por cuerpo y alma. Son dos conceptos inseparables. A través de nuestro cuerpo expresamos el reflejo de nuestra alma, de nuestro espíritu. La sexualidad tiene una finalidad, esa finalidad es la de tener hijos; la sexualidad es además expresión corporal de nuestra capacidad de amar, pero esta expresión de amor es buena y santa entre esposos, esto es, dentro del matrimonio. Antes de hablar de matrimonio el autor nos distingue tres niveles en el amor entre hombre y mujer: 1. Atractivo físico, es fundamental, pero al mismo tiempo es el más elemental, ya que es común a la naturaleza animal. 2. Enamoramiento afectivo, sólo se da en la persona, pero no es suficiente para una entrega total. 3. El amor personal, es un amor con el que aceptamos a la otra persona con sus defectos y virtudes para siempre. Le entregamos a la otra persona nuestro cuerpo, nuestro corazón y nuestra vida entera. Este nivel sólo es propio del matrimonio, por tanto, sólo es bueno dentro del matrimonio. Retomando el tema del matrimonio, daré una definición muy sencilla, pero muy significativa de lo qué es el matrimonio: uno con una para siempre, de cara a los posibles hijos. La excitación sexual es buena cuando los esposos se preparan para esa entrega total, ya que en este caso la excitación sexual es muestra de cariño. Casarse es entregarse para siempre, por tanto, casarse con la posibilidad legal del divorcio, no es realmente un compromiso, porque ya no es una entrega para siempre. Otra cosa muy distinta es que en determinadas situaciones, en las que la vida en común entre esposos es imposible o perjudicial, lo más conveniente sea la separación, pero, la separación no es lo mismo que el divorcio, la separación es que los esposos dejan de mantener la vida en común, pero el matrimonio se mantiene, no deja de existir, por tanto ninguna de las dos personas puede entregar su cuerpo, su corazón y una vida, que ya había entregado. Otra cosa también muy distinta, es que los esposos al casarse, alguno de ellos o los dos, se hubiesen casado con la intención de no casarse para siempre, y de cara a los posibles hijos, entonces en éste caso la Iglesia Católica después de un proceso judicial que demuestre los hechos, declararía la llamada sentencia de nulidad, porque en realidad nunca hubo matrimonio. Si entendemos todo esto, nos daremos cuenta que no es lo mismo acostarse antes que después de casarse. Cuando nos casamos nos entregamos para siempre y por completo, por tanto sólo entonces es cuando tiene sentido el acto sexual, porque es un acto de amor. Me gustaría explicar esto con un ejemplo del autor: una pareja se va a casar dentro de un mes, realizan el acto sexual porque están muy seguros de su amor, y porque tienen intención de entregarse para siempre. Tienen un accidente y uno de los dos queda gravemente herido, e incluso desfigurado. Si se hubiesen casado la otra persona tendría la obligación de permanecer junto a él, pero al no heberse entregado para siempre, esta persona si quiere puede abandonarle, dejarle o como queramos llamarlo, ya que no ha habido esa entrega total y para siempre. Con este ejemplo vemos claramente la diferencia que existe entre entregarse antes, que después del matrimonio. A la hora de plantearnos la diferencia sexual entre hombres y mujeres, debemos saber que tenemos muchas cosas en común, la mayoría de las cosas son comunes: la dignidad humana, la inteligencia, la capacidad de amar y de entrega... Entonces, nos hacemos la siguiente pregunta: ¿por qué nos diferenciamos en hombres y mujeres?, la respuesta es muy sencilla, por la necesidad de tener hijos. La imagen que se nos muestra en los medios de comunicación acerca del cuerpo del hombre y de la mujer, es una imagen únicamente enfocada a hombres y mujeres como objetos sexuales, y no como personas. No vemos en la imagen de la mujer y del hombre la verdadera imagen que tendríamos que ver, la de posible padre y madre. Sexo y amor son dos caras de la misma moneda, cuando aislamos uno de estos elementos estamos introduciendo un factor que corrompe la imagen de la sexualidad. "El sexo está hecho para expresar la ternura del amor". La sexualidad como he dicho es expresión de nuestra capacidad de amar y de entrega, por eso hay que educar la sexualidad porque si no la educamos podemos caer en comportamientos propios de los animales. "Toda caricia que busque la excitación sexual fuera de la perspectiva del acto sexual dentro del matrimonio, es mala". Si nuestro cuerpo es expresión del alma -como venimos diciendo- por este motivo, tenemos que cuidar nuestra imagen, nuestro modo de vestir. Lo que es púdico o impúdico, depende de la situación en la que nos encontremos. Un ejemplo muy significativo que nos pone Mikel Gotzon, es que no es lo mismo ir en traje de baño a la playa que a una fiesta, o al trabajo. La desnudez, tiene que ir siempre ligada a la entrega total de la propia persona, en el matrimonio. No todo el mundo puede permitirse mirar cualquier cosa, lo que para una persona con cierta madurez, y dominio sexual es prudente, para otra que no tenga estas características es una imprudencia. Por supuesto, hay cosas que no son prudentes mirarlas para nadie. Por tanto, es imprescindible educar los sentidos, la imaginación y los deseos, para tratar a las personas como personas, y no como objetos sexuales.
El autor, sacerdote, explica con un lenguaje sencillo, claro y explícito, cuidando la pulcritud, lo que es el verdadero amor entre dos personas que aspiran al niviazgo. Muy interesante para gente joven.