En la batalla del Campo de los Mirlos, librada el 28 de junio de 1389, una coalición integrada por serbios, bosnios, albaneses y rumanos, capitaneada por el Príncipe serbio
Lazar sucumbió ante el ejército turco de Murat I. Este resultado dio paso a seis siglos de dominio turco y marca el inicio de un mito nacionalista.
Kadaré da vida a este histórico hecho a través de unos personajes reales y otros ficticios que desfilan ante un narrador omnisciente que contempla los hechos desde nuestros días.
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Kadaré, con su estilo tan propio, efectivo y poético, da vida a la narración a través de unos personajes reales, otros ficticios y un narrador omnisciente que contempla el relato desde nuestros días. El origen de las tradiciones que hasta ahora cantan los rapsodas albaneses y serbios tiene para el autor albanés su raíz en la época antigua, anterior incluso a la cultura griega, pero adquiere en torno a la batalla del Campo de los Mirlos la grandiosidad que impregna de leyenda y misterio los hechos históricos que allí tuvieron lugar y desde allí se perpetúan.( de Ángel García Prieto )
Es difícil encontrar en el mundo una región en donde una vieja tragedia se reproduzca cíclicamente en el tiempo con nuevos y sangrientos dramas. Esta región está en el corazón de los Balcanes y tiene el inocente nombre de Campo de los Mirlos; en una palabra: Kosovo. Hace más de seis siglos, el 28 de junio de 1389, una coalición cristiana, integrada por serbios, albaneses y rumanos, fue aniquilada por el ejército otomano del sultán Murad. La sangrienta batalla significó el comienzo de la ocupación otomana de los Balcanes. Desde entonces los vencidos no han dejado de lamentar aquella derrota. Ninguna batalla se ha magnificado y mitificado tanto a lo largo de la historia como la de Kosovo. Aquí empezó también, hace diez años, la descomposición de Yugoslavia. Una descomposición que llevó a una guerra que ha recorrido este país de norte a sur hasta llegar de nuevo a Kosovo. Tres cantos fúnebres por Kosovo es un libro fundamental para comprender el drama que se padece en los Balcanes. Al mismo tiempo es un intento por parte del escritor albanés Ismaíl Kadaré de ensalzar la nobleza perdida de la cultura balcánica y de recuperarla frente a la barbarie.
Si a veces parece que un nombre está predestinado a relacionarse con un episodio sangriento o heroico, no es éste el caso de Kosovo, cuyo inocente y apacible significado -«campo de mirlos»- se compadece mal con la que es recurrentemente y desde hace seis siglos una de las heridas más delicadas de los Balcanes y, por extensión, del continente europeo. Recreación fascinante de la batalla en que, el 28 de junio de 1389, una coalición cristiana integrada por serbios, albaneses y rumanos, fue aniquilada por el ejército del sultán Murad, abriendo el territorio al poder otomano, Tres cantos fúnebres por Kosovo es un libro imprescindible para comprender el drama de los Balcanes, al mismo tiempo que una llamada al recuerdo de la nobleza de su cultura.