Este libro nos deja oír la voz solitaria que sabe despertar en el hombre a un Dios adormecido. Un Dios que se despierta en nosotros y que nos busca, que le buscamos, que nos ama, al que comenzamos a amar aunque sólo le conozcamos oscuramente, cegados por deslumbrantes apariencias, dispersos entre atractivos e intereses, pero sedientos todavía de amor y de verdad. El mundo entero busca a Dios, porque ese mismo mundo le pide a la tierra lo que la tierra no puede ofrecerle. El mundo entero busca a Dios porque va buscando constantemente lo imposible.
Comentarios
Muy ameno y de una sencillez asombrosa. El libro está escrito de a pequeños fragmentos y capítulos, como una manifestación espontánea del propio autor. Una obra que no tiene desperdicio.