Cuatro niños que viven en una casa solitaria descubren un armario que da acceso a Narnia, un país congelado en un invierno eterno y sin Navidad. Cumpliendo con las viejas profecías, los niños –junto con el león Aslan- liberarán al país de la tiranía de la Bruja Blanca.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
---|---|---|---|---|
2011 | Editorial Planeta |
280 |
978-84-08-09903 |
Colección: Cometa, +10 |
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El segundo libro de estas Crónicas, es mejor que el primero. En esta aventura es importante el saber perdonar, y el no dejarse llevar por los caprichos.
No hay que olvidar en ningún momento que nos encontramos ante un cuento para niños. Todas las imágenes contenidas en la narración van dirigidas al público infantil, y teniendo en cuenta ese público, y con buen criterio, no ocurren o no se describen imágenes especialmente crudas, aún cuando el tema podría llevar a ello. En este sentido Lewis se distancia bastante de su amigo Tolkien en el "Señor de los Anillos". Teniendo en cuenta esto, puede gustar a los adultos porque está muy bien escrita, y seguramente gustará a niños de edades variadas, desde muy pequeños.
Es recomendable empezar la serie de Narnia por este libro. Y así lo han decidido los guionistas y productores de las películas, que han apostado por esta historia para tantear una nueva saga cinematográfica que puede dejar pequeña a Harry Potter.
Peter, Susan, Edmund y Lucy son unos niños que viven en un caserón lejos de Londres. Sus padres les han traído a la casa del viejo profesor para alejarlos de los bombardeos de la Guerra Mundial. Lo que no se esperaban es que encontraran la puerta que lleva a Narnia, el mundo de las Bestias Parlantes.
"Perdona, no quisiera resultar curioso, pero ¿me equivoco al pensar que eres una Hija de Eva?", pregunta un fauno a Lucy, la primera exploradora de Narnia. En el mundo del fauno hay problemas, un invierno inacabable, causado por la Bruja Blanca. "Siempre invierno y nunca Navidad, ¡imagínatelo!", dice el fauno.
Narnia es un mundo engañoso para los que no leen el libro y se quedan sólo con los dibujos. Muchos piensan que al haber en estos cuentos duendes, animales que hablan y niños, se trata de historias infantiles e inofensivas. No es así en absoluto. A medida que los niños se adentran en Narnia, los lectores adultos vamos leyendo entre líneas, tomando como referencia central la impresionante figura del león Aslan.
Aslan es Señor de Narnia, aunque suele delegar en los reyes legítimos, hijos de Eva y Adán. Él es Hijo del Emperador de Allende los Mares, es terrible y hermoso al mismo tiempo, compasivo pero justo y severo. La Bruja Blanca tiene derecho a una víctima por la ley de la Magia Insondable, y Aslan se entregará como víctima a su peor enemiga. Será humillado, escarnecido y sacrificado. Pero eso no será el fin.
Aslan, el Hijo del Emperador, es la figura crística por excelencia de Narnia. No hay concesiones al pensamiento políticamente correcto, no hay edulcuración en la doctrina. Los niños de Narnia y los lectores sufren con Aslan y gozan con su gloria real; los culpables son realmente culpables, los infractores pagan de verdad o son perdonados de verdad. Hay aspectos de deliciosa fantasía adornando un nucleo fuerte de verdades fuertes. Y por eso Narnia es un clásico.
Veremos a los cuatro hermanos en otras aventuras de Narnia... y alguno no llegará al final. Narnia, y el mundo fuera de Narnia, son sitios peligrosos.
Pablo J. Ginés (www.forumlibertas.com)