Entre 1860 y el final de su vida, en 1870, Dickens publicó, en un semanario que él mismo fundó, las crónicas de El viajero sin propósito, de las que aquí se presenta una cuidada selección, traducidas por primera vez al castellano. Los textos que agrupa, entre la crónica y el relato, tienen en común el viaje como hilo conduc tor, y son, al mismo tiempo, páginas autobiográficas, testimonio de una época y un ejercicio periodístico de primer nivel.