Cesarión, hijo de Julio César y Cleopatra, es atacado y dado por muerto, pero logra escapar y huye por el desierto, donde un caravanero le salva la vida. La autora recrea con maestría y habilidad al igual que en sus antiguas novelas "El faro de Alejandría" o "La púrpura imperial", las aventuras del joven, que al principio desprecia a la familia que le ha acogido, y luego va cambiando su actitud y abriéndose a la amistad y al amor.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
---|---|---|---|---|
2003 | Salamandra |
382 |
Título original: Cleopatra´s Heir. Traducción: Isabel Murillo Fort |
Comentarios
La autora de " El faro de Alejandría" narra la dramática situación de un joven obligado a renunciar a sus valores mas preciados, el deber y el honor.
Los personajes claves son sólidos y estan muy bien definidos, sobre todo el comerciante Ari que recoge medio muerto a Cesarión y le ayuda sin medida, hombre inculto pero de grandes valores, sentido de la responsabilidad y el deber por encima de los inconvenientes que ello le puedan reportar, que así será.Tambien a nivel humano el personaje del joven Cesarión- Arión, nombre que escoge- tiene sus valores y una voluntad ferrea.
Sin embargo el ritmo es algo lento y tedioso, sin tensión, excepto en las páginas finales donde el desenlace toma un ritmo más rápido. No es de las mejores obras de esta autora.
Considerado por algunos la pieza clave de la posible unión entre Roma y Egipto, y despreciado por otros como el indigno fruto de la pasión amorosa de Julio César por Cleopatra, Cesarión es tal vez el personaje más enigmático de aquella fascinante época histórica. Supuestamente asesinado por orden de Octaviano, tras sobrevivir al intento de magnicidio, se enfrenta al terrible dilema de cambiar de identidad y rehacer su vida. Desprovisto de títulos, posesiones e incluso de su nombre, el hijo adoptivo y sucesor de César, que lo veía como una seria amenaza para sus sueños de expansión del Imperio, iniciará un viaje por Egipto que le abrirá las puertas hacia la verdadera percepción de la condición humana, aunque poco se sabe de la suerte que corrió el joven heredero de Cleopatra.