Poemario 677 de la Colección Adonáis de Poesía, del escritor malagueño Daniel Cotta, un libro de una hondísima belleza de fondo y de forma.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2020 | Ediciones Rialp, S.A. |
93 |
978-84-321-5326-6 |
Número 677 de la Colección Adonáis de Poesía. |
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Daniel Cotta, nacido en
Daniel Cotta, nacido en Málaga en 1974, es profesor de Lengua y Literatura en el Instituto público de La Carlota (Córdoba), ha publicado varias novelas y relatos de narrativa infantil y juvenil y varios libros de poemas con los que ha obtenido algunos premios literarios.
Cotta en este poemario compuesto por 55 poemas, es un poeta de la celebración y el descubrimiento de Dios en lo pequeño del mundo y en la grandeza del universo.
Gran parte de los poemas son un diálogo de oración con Dios, de agradecimiento y de asombro, por tanta belleza que rodea al poeta.
Cotta frecuenta el endecasílabo, pero también otros metros ajustados al contenido del poema. En el poemario hay sonetos, romances, romancillos, quintillas, silvas…
Canta Cotta al Creador del universo con una voz jubilosa, que rompe en gratitud y celebración por tanta belleza.
Un libro para volver una y otra vez sobre él y hablar con Dios con las palabras agradecidas del poeta.
Este es uno de los mejores
Este es uno de los mejores poemarios que he leído en los últimos años, hay que felicitar al autor y también a Carmelo Guillén Acosta, director de la Colección Adonáis por la edición de Alumbramientos. El libro tiene una gran unidad, pues nos ofrece una síntesis de la fe católica, en las cinco partes en las que se divide: Dios del Universo; Creador, Padre y Redentor mío; Poco inferior a los ángeles; Ni ojo vio; y Sin fin. En esos poemas, hay reflexión teológica y antropológica honda, intuiciones luminosas, fruto también de la contemplación, de la intimidad del autor con Dios, aunque no se trata de poesía mística, sino muy pegada a las realidades cotidianas. El resultado es un libro denso, pero no hermético, de una gran riqueza tanto de fondo como de forma. Las imágenes son bellísimas y el dominio tanto del verso libre como de estrofas y formas más tradicionales como el soneto, la silva, el romance es pleno. Un poemario luminoso, que invita a la gratitud, a la esperanza, a la alegría, al asombro y a encontrarlos tanto en la grandiosidad inescrutable del cosmos como en la vida cotidiana. Luis Ramoneda. Leer artículo 1 >>, leer artículo 2 >>