Exhortación del santo padre Francisco sobre el matrimonio y el amor en la familia. Recoge las conclusiones de los Sínodos de Obispos celebrados en Roma en 2014 y 2015.
Se trata de un documento fundamentalmente pastoral. Publicado en 2016, el Santo Padre ha pedido que se viva el año 2021, dedicado a San José y a la Familia, a la luz de este documento.
Francisco no recomienda su lectura apresurada, sino una profundización paciente en los principios que lo inspiran.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2016 | Ediciones Palabra |
271 |
978-84-9061-400-6 |
Subtítulo: Sobre el amor en la familia. |
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Tradicionalmente se había
Tradicionalmente se había estudiado el matrimonio cristiano desde una perspectiva jurídica. Los tratadistas subrayaban su carácter contractual, características del vínculo y los supuestos de nulidad referidos al consentimiento inicial. Amoris Laetitia estudia la institución matrimonial desde una perspectiva teológica, sociológica, antropológica y pastoral. Es una gozada y un tratamiento que podemos suponer definitivo.
Los antecedentes de este documento se encuentran en el Concilio Vaticano II -el matrimonio como vocación cristiana-, la encíclica de Pablo VI Humanae Vitae sobre concepción y anticoncepción-, Familiaris Consortio de san Juan Pablo II y Evangelii Gaudium del mismo papa Francisco. La Exhortación Apostólica comienza con una consideración del matrimonio a la luz de las Sagradas Escrituras (I), la realidad familiar hoy (II), la familia como vocación divina (III), el amor y el matrimonio (IV), la fecundidad y el don de la vida (V), pastoral matrimonial (VI), la educación de los hijos (VII), las situaciones irregulares (VIII) y la espiritualidad matrimonial (IX). Un documento extenso que el Pontífice recomienda estudiar, y consultar cada vez que sea preciso (pág.10).
Francisco desea superar el tratamiento jurídico del matrimonio, y afirma que "el amor es mucho más que un consentimiento externo o una especie de contrato" (pág.105). Al contrario, habla de proponer valores antes que normativa (pág.161), una vocación antes que un peso, y plantea la gradación en el camino hacia la plenitud matrimonial que Dios desea (pág.247). De la misma manera, considera que la conciencia de los fieles sobre la validez de su compromiso matrimonial, debe tenerse en cuenta al dictar el juicio moral de la Iglesia.
El tratamiento sociológico y cultural que hace el Pontífice del matrimonio en nuestros días es absolutamente realista. Amoris Laetitia nos habla del miedo al compromiso, del rechazo de lo institucional y burocrático, del hedonismo, las dificultades materiales o la mentalidad antinatalista. En ningún lugar hemos leído una caracterización más acertada de la precocidad sexual como la que encontramos cuando el documento señala cómo los jóvenes juegan con sus propios cuerpos de forma irresponsable, por falta de madurez, de compromiso y de valores (pág.223).
Al tratar sobre la espiritualidad matrimonial recordamos al Concilio Vaticano II, pero también las enseñanzas de san Josemaría Escrivá. Por ejemplo, si Amoris Laetitia se refiere a una espiritualidad del amor familiar "hecha de gestos reales y concretos" (pág.256), san Josemaría había hablado de "materializar la vida espiritual" (Conversaciones, Amar al mundo apasionadamente, 114). Si la Exhortación Apostólica afirma que "aún la sexualidad se experimenta como una participación en la vida plena [la alegría] de la Resurrección" (pág.258), san Josemaría había señalado que Jesucristo mismo bendice el amor matrimonial cuando los esposos se aman castamente.
Después de estudiar -no basta leer- este documento pontificio, concluimos que los papas se han esforzado y se esfuerzan por proporcionar una excelente doctrina, pero que la dificultad reside en que ésta llegue a toda la Iglesia. Una Exhortación Apostólica sobre el matrimonio y la familia debería llegar a los interesados.