Plantear las cuestiones que afectan al sentido de la vida, desde los fundamentos antropológicos comunes a todos los hombres, cualesquiera que sean sus creencias o convicciones, es una perspectiva cada vez más necesaria.
Este libro trata de lo básico para entender a la persona humana, varón y mujer, y para comprender el amor. Dos realidades profundamente entrelazadas, pues solo amar da sentido pleno a la vida humana. Viviendo el amante la vida del amado, como si de la propia se tratase, y correspondiendo el amado a su amante con igual predilección, ambos abren entre sí el ser una sola vida, una historia común, en la que el yo y el tú, sin evaporarse ni anularse, se trascienden en un nosotros.
Amar es la experiencia culminante del ser personal. Es nuestro más fiel y profundo retrato, pues estamos hechos para amar. No hemos inventado el amor, pero hemos sido invitados a su fiesta. Nos revela a cada uno en lo que es, en lo que podría y debería ser, y también en lo que de hecho vive con sus grandezas, limitaciones y miserias. De la misma forma que aprendemos a vivir viviendo, aprendemos a amar amando. Y ayudarnos unos a otros en tan fascinante tarea es servicio y responsabilidad que nos debemos, si queremos unos con otros darnos una vida lograda.
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Como su título señala, se
Como su título señala, se trata de una antropología orientada desde una perspectiva novedosa. Se propone fundamentar filosóficamente una realidad trascendental en el hombre: el amor. Para realizar tal empresa comienza con un estudio fenomenológico del hombre, para concluir que es “persona”. Llegando a este punto aborda un estudio del concepto “persona” desde una perspectiva ontológica concluyendo que el hombre es originariamente y fundamentalmente “persona”.
Para ello distingue en el hombre tres componentes: en el hombre existe un “esse”, un alma y un cuerpo, es decir el hombre está compuesto de “espíritu” y “naturaleza” que se articula como alma y cuerpo, es decir: espíritu “esse”, íntimo más e irreductible del hombre, y naturaleza psicosomática, compuesta de alma y cuerpo.
Los autores realizan un estudio exaustívo y profundo de la noción de “persona” fundamentado en Zubiri y Polo, y se adentran en una antropología para fundamentar quien sea ese “alguien” (no algo) que es el hombre, para la que la metafísica tradicional resulta insuficiente: el “esse” no es una naturaleza y goza de unos trascendentales: conocimiento (inteligencia) el que apuntaba Aristóteles como intelecto agente, que califica como divino; libertad trascendental, el “esse” es el único dueño de sí mismo y por tanto libre esencialmente; y el amor fundamentado en la estructura íntima del “esse” al ser relacional: co-ser.
A continuación abordan el problema del ser de hombre: varón y mujer, fundamentándose en la naturaleza relacional del “esse”: ser “en“ y “para”, concluyendo que el “esse” es dual en cuanto relacional, abierto a otras personas. A este punto los autores recurren a Wojtyla para definir la igualdad y diferencia entre varón y mujer como concreciones necesarias de la condición relacional (esponsal, acuñará Wojtyla): ser “en” y “para”, la co-existencia en Polo, porque la persona es un fin en sí misma pero no es fin para sí misma. Aquí entrará el trascendental “amor” que completa la esencia del “esse” (ese “quien” que somos cada uno) como compuesto: “ser con, para, unión”.
En definitiva se trata de una antropología fundamentada como dos modos de ser: varón y mujer en igualdad de dignidad y esencia, dos modos de ser del “esse” personal que somos cada uno de nosotros.
Los autores han desarrollado un trabajo profundo, denso, riguroso, rico en sugerencias y claro, aunque su lectura exija de la máxima atención y una cierta capacidad intelectual para amoldarse al pensar filosófico. Obra muy recomendable para todos aquellos interesados en el estudio del hombre. Si no lo califico con cuatro estrellas es por entender que se hará difícil para todos en general.
Un completo trabajo sobre
Un completo trabajo sobre antropología del amor y el matrimonio. Leer artículo >>