Cuando el Romanticismo europeo volvío los ojos hacia las costumbres populares y sacó del fondo de los siglos la conciencia de los pueblos, Rosalía de Castro se sumó en su primer libro, Cantares Gallegos (1863), a esa corriente para convertir la alborada poética de un pueblo en el inicio oficial del rexurdimento. Pocas lenguas tienen en su recuperación tras siglos de olvido un texto tan acabado y tan meritoria; sin el triunfo decisivo de este libro sería impensable el desarrollo posterior de la literatura gallega. El conjunto de treinta y siete poemas que contiene Cantares Gallegos es, a primero vista, la interpretación de las constumbres socio-culturales galaicas y la exaltación de la belleza geográfica y folclórica que conmovía a la autora. Pero, además, algunas composiciones afirman con furerza el sentido autóctono, completando la dimensión y la eficacia del título en una doble vertiente: canto y loa de Galicia, pero también, rechazo de los prejuicios contrarios a su tierra, comparando las bellezas de la tierra gallega con otras regiones favorecidas "en fartura, pero non na belleza dos campos".
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2004 | Espasa-Calpe |
440 |
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