Collins, un destacado científico converso, muestra como lareligión y la ciencia no sólo no son incompatibles, sino que están llamadas a convivir apaciblemente para bien de la humanidad.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2007 | Temas de hoy |
315 |
978-84-8460-670-3 |
Edición cuidada, buena traducción, de cómoda lectura y con escasas erratas. |
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Collins es un gran científico reconocido mundialmente, y en esta obra narra su conversión al cristianismo armonizando su nueva fe con el quehacer de investigador de vanguardia.
En este contexto expone la situación actual en la que se encuentra la teoría de la evolución que, a tenor de los datos que aporta, se presenta como algo más que una hipótesis teórica.
A su vez Collins explica cómo armoniza su fe teista con la teoría de la evolución, presentando su postura como “evolución teista”, que resume en seis premisas a las que se adhiere como creyente y como científico.
La obra es interesantísima, y muestra cómo un científico de vanguardia y de fama internacional hace ver que entre fe y ciencia no se contraponen y no tiene por qué haber conflicto.
Pero no todo son luces en la teoría de la “evolución teista” A pesar de la brevedad de la obra, de su carácter expositivo, y no de un estudio exhaustivo de la cuestión, sólo menciona de pasada temas tan importantes como el origen de la vida; parece fundamentar en un proceso irracional, en la casualidad y en la necesidad, aspectos importantes como la capacidad de pensar y conocer, la aparición de la autoconciencia, y el libre albedrío sobre el que pasa de puntillas.
Tampoco fundamenta seriamente la acción creadora de Dios, que queda relegada a la elección de la evolución por selección natural; y parece defender la incapacidad de la naturaleza, y por tanto de la ciencia, para dar a conocer, dentro de sus límites, a Dios creador.
Por último, para defender su fe argumenta la existencia de Dios a partir de la experiencia general en todo hombre de la Ley Moral; y de la constatación generalizada a lo largo de la historia y en todas las culturas de la cuestión sobrenatural y religioso. Argumentos sólidos, pero que pueden relegar la fe a una experiencia personal, cediendo el terreno de la naturaleza y lo real a la ciencia, donde la fe y Dios ya no tendrían nada que decir.
Para facilitar calibrar el alcance y aprovechar el contenido de esta obra, sería interesante contar con cierto nivel de formación.
Pienso que merece la pena la lectura de este ensayo en el que se afronta con rigor y claridad uno de los temas actualmente más controvertidos. Collins es una autoridad en el mundo científico, que pasó del agnosticismo a la fe gracias a autores como C. S. Lewis, a la relación con otros colegas creyentes y a algunas experiencias de su vida. Plantea las grandes preguntas sobre el origen del universo, el origen del hombre, el evolucionismo..., y va mostrando cómo enfrenter religión y ciencia es nocivo para ambas y para la humanidad. Hace una llamada al acercamiento mutuo, porque Dios está tanto detrás de la ley moral común a todos como de las leyes científicas: ambas manifiestan su amor, su poder y su sabiduría. Este libro dará buenos argumentos a los creyentes y hará pensar a agnósticos y a ateos. Termina con un apéndice con algunas consideraciones sobre la ética y la ciencia y hace un decidido llamamiento a los creyentes científicos para que procuren ser pioneros en su tarea investigadora, como ocurrió en épocas pasadas.