Dante, poeta del deseo. Purgatorio

En este segundo volumen de "Dante, poeta del deseo", que recoge el ciclo de encuentros dedicados al Purgatorio, Franco Nembrini ahonda en la relación viva entre La Divina Comedia y la experiencia dramática de todo hombre, rescatando el texto de Dante de una lectura puramente académica.
«El Purgatorio es el canto del perdón, del pecado que alcanza el perdón; de nuestra debilidad, de la magnitud de nuestro grito, de nuestras heridas que piden ser perdonadas. Y dado que para mí Dante y la vida, la poesía y la experiencia cotidiana van de la mano, leer a Dante es encarar la cuestión del perdón, de la misericordia y del grito del que está hecha la vida (...). En el fondo el Purgatorio es justo la respuesta a esta pregunta tan apremiante: ¿se puede empezar de nuevo? ¿Se puede volver a empezar en la vida? ¿Hay una novedad tan poderosa que pueda revolucionar la vida hasta el punto de que todo renazca?».

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2016 Encuentro
174
978-84-9055-132-5

Traducción de Ricardo Sánchez Buendía

Revisión y adaptación de Carmen Giussani

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Segundo volumen sobre la obra de Dante, en que el profesor Nembrini prosigue la “lectura Dantis” en otras ciudades de Italia. En esta ocasión, los encuentros que se transcriben en estas páginas se desarrollaron en el Centro Cultural Rosetum de Milán y se centran en el Purgatorio, la segunda parte de la Divina Comedia. El objetivo de este espléndido trabajo sigue siendo demostrar que la obra de Dante es un relato vivo, que habla y aconseja a los hombres de cualquier tiempo y de cualquier lugar para mostrar el camino recto. Especialmente, en este sentido, el canto del Purgatorio es impresionante porque es “un himno al trabajo, en el que Dante se pone manos a la obra sobre sí mismo” e inicia un camino cuya meta es segura, pero no por esto resulta menos fatigoso, o menos dramático. El Purgatorio es camino y ascensión (p. 12).

Desde el punto de vista físico, el purgatorio es una montaña de siete cornisas, en cada una de las cuales se purga uno de los siete pecados capitales; se purga, es decir, se perdona, haciendo emerger el alcance del deseo de cada uno y del único objeto que lo cumple (p. 24). Así pues, se trata del lugar de la misericordia, de un perdón sin medida, cuyas claves van a ser la libertad (el libre albedrío) y la paciencia. De esta forma, el profesor Nembrini comenta ampliamente el canto XVII de esta segunda parte, que es el central de toda la obra, porque en él el poeta “describe el corazón que Dios nos ha dado al crearnos, cuando nos puso en el mundo con un corazón que es puro deseo de Él”; y así afirma Dante “luz se os ha dado para distinguir el bien del mal” (p. 82).

Este estudio se completa con un interludio sobre la cruz oculta en los números de la Comedia, compuesta por un total de 14.233 versos, puesto que explica Nembrini que en las relaciones matemáticas se encierra la sabiduría con la que Dios ha creado el mundo (p. 109).  Y, por último, el profesor desarrolla dos magníficos comentarios para finalizar: uno, sobre el canto XXVII, en torno a la figura de Virgilio, como maestro, como guía, como padre, que se despide de Dante a las puertas del Paraíso, cuando cree que su discípulo ya está preparado. Y el otro, sobre los cantos XXX y XXXI, con la llegada de Beatriz, la donna angelicata, testigo de los errores y de los pecados del poeta, pero también de su arrepentimiento y de su confesión: “El arrepentimiento del corazón no es nada si no sube hasta la boca e inunda de amargura los labios” (p. 161).