Doña Juana acude a Madrid para que don Martín cumpla la palabra de matrimonio que le dio. En su intento, se disfrazará de hombre (Don Gil) y provocará un fenomenal enredo que mantiene la atención del espectador hasta el último momento.
Si el lector quiere disfrutar con el ingenio de nuestros clásicos del Siglo de Oro, no deje de leer esta comedia. Diversión de altura y enorme calidad, de la que mucho se puede aprender.
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