En memoria de la melancolía nos decía María Teresa: "Pensé en Doña Jimena, ese arquetipo de mi infancia, que yo había visto en San Pedro de Cardeña, de Burgos, tendida junto al señor de Vivar como su igual y tejí mis recuerdos de lecturas, de paisajes, de horas vividas para apoyar en Doña Jimena las mujeres que iban pasando ante mis ojos." (...) DOÑA JIMENA se nos presenta a lo largo de todo este libro, fundamentalmente, como madre y como esposa. En su alta soledad, después de la pérdida de su marido y de su hijo, supo siempre estar a la altura de las circunstancias. Alta señora de España, murió en soledad, como siglos después, un día 13 de diciembre de 1988, moría esa otra gran señora de todos los deberes que fue María Teresa León Goyri.
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Basándose en el romancero y en los escasos datos históricos que existen sobre ella, ha compuesto la autora una atractiva biografía novelada que habla de la existencia sencilla de un ama de casa cuyo marido se llama Rodrigo Díaz de Vivar, Mío Cid Campeador. El estilo barroco, cuajado de metáforas, de un gran poder evocador, presta especial encanto al relato.