El alimento de la palabra

Mucho antes de referirse a un texto escrito, la expresión «Nuevo Testamento» designaba el sacramento de la Eucaristía. Solo pasado el tiempo, los primeros cristianos empezaron a usarla para nombrar los últimos libros de la Biblia -es decir, los escritos por los Apóstoles y los primeros discípulos-, al ser leídos estos durante la Misa. Ese hecho histórico, simple y constatable, influiría decisivamente en la lectura e interpretación de la Biblia.

El alimento de la Palabra analiza el episodio de los discípulos de Emaús y las costumbres de la Iglesia primitiva y ofrece una útil orientación para usar la Biblia en la oración, estudiarla con profundidad, individualmente o en grupo, y extraer de ella aplicaciones para la propia vida moral.

 

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2014 Rialp
144
978843214350
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Comentarios

Imagen de acabrero

La tesis principal de Hahn en este libro y el tema que más se repite es que la Sagrada Escritura es para la liturgia, y que donde verdaderamente se entiende es en la misa. El libro es muy interesante, quizá para un público interesado, pero con un mensaje y unos argumentos que son para todos. La importancia de la Palabra que se une al Verbo hecho carne en la Eucaristía. Llega a decir, contra la idea que podamos tener desde el catolicismo, que los pastores protestantes tienen menos conocimiento de la Biblia que los sacerdotes católicos porque ellos eligen unos textos para decir lo que quieren, mientras que en la liturgia católica el sacerdote saca el contenido de las lecturas previstas y, a lo largo del año lee y predica casi todo el Antiguo y el Nuevo Testamento.