El caso Kuríloff
Novela psicológica cuya acción narra la peculiar relación personal que, en la primavera y verano de 1903, se entabla entre el ministro de Instrucción Pública ruso y un bolchevique que, bajo la falsa identidad de un médico suizo, se instala en su casa para asesinarlo cuando el Partido lo decida.
La obra está escrita a modo de las memorias del terrorista, quien, enfermo y alejado de todo activismo político, vive en Niza y el año anterior a su muerte deja un relato sobre su primera actuación como revolucionario. Inteligente y mentalmente equilibrado, el bolchevique se resiste a matar a alguien que es, como él mismo, producto de un sistema que no controla pero con el que tampoco se decide a romper.
Ediciones
| Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
|---|---|---|---|---|
| 2010 | Salamandra |
155 |
978-84-9838-273-0 |
Valoración CDL
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Comentarios
Es un texto modesto, en el mejor sentido de la palabra; pero muy conseguido. Los personajes son verosímiles y consistentes, aunque no ofrezca el autor una profundidad psicológica que el lector podría esperar. Se lee bien de un tirón. Me gusta la imagen distanciada que da de los autócratas rusos y de los revolucionarios... no salen muy bien librados, como en general nos sucede a todos cuando nos juzgan. La recomiendo, sin duda. Me recuerda inevitablemente la novela de Ricarda Huch, El último verano, que leí con sumo gusto y que quizá es más perfecta.
Némirovsky, ofrece un relato sin excesivas pretensiones, bien novelado, donde hace aparecer en escena a una serie de personajes muy dispares, al hilo de los acontecimientos que preparan la revolución rusa del 17: ¿fiel reflejo de las turbulencias del momento?
La autora ha querido reflejar, y lo consigue, una época desde el punto de vista de los revolucionarios de izquierdas; un ambiente de descontento, de grandes diferencias sociales y radicalidad.
Némirovsky no defrauda pero tampoco encanta; la prosa es fluida, caracterizando a sus personajes sin grandes alardes psicológicas. Obra bien novelada a la que falta el toque de la excelencia.