“El crucero del Snark” es una crónica parcialmente frustrada. El autor se había comprometido a circunnavegar el mundo a vela y publicar un relato de la expedición. Salió del puerto de San Francisco (California) el 23 de abril de 1907 y dos años más tarde se encontraba en un hospital, en Australia, donde puso fin al viaje. Los problemas de salud le habían impedido poner por escrito todas las etapas realizadas, pero necesitaba el dinero y entregó el original a la editorial tal como estaba, sin completarlo. Aun así hay páginas muy hermosas como la visita a Molokai, la isla de los leprosos, en el archipiélago de las Hawai, o la visita al Haleakala, el mayor volcán extinguido del mundo, que sube desde el nivel del mar hasta los tres mil trescientos cuarenta y cuatro metros. ¿Por qué quería yo dar la vuelta al mundo si hubiese podido ganar el mismo dinero sin salir de casa? –se pregunta el autor. Y responde: Porque siempre me han gustado los desafíos y la tierra es muy grande para pasar toda la vida en el mismo lugar.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2000 | Editorial Juventud,S.A. |
279 |
Subtítulo: Hacia la aventura en el Pacífico Sur. |
Comentarios
El libro se resiente de las circunstancias irregulares en las que fue escrito; pero tampoco tiene nada de la maravillosa imaginación del autor en sus relatos, sino que es la crónica incompleta de un periodo de dos años en el que los navegantes se detuvieron en las islas Hawai, en el Archipiélago de las Marquesas y en la Polinesia francesa: Tahití y Bora-Bora. En la primera de estas islas el autor había planeado detenerse un año para escribir relatos sobre los mares del sur, objetivo que no debió poder cumplir. Acto seguido el Snark se dirige a las Islas Solomon donde el clima es pésimo y los nativos quieren asaltar la nave. Dos de los tripulantes indígenas habían enloquecido, otro desertado y los americanos se encontraban inmovilizados por la fiebre y las úlceras. En esas condiciones London pudo localizar en el mapa un pequeño atolón bajo bandera británica, el atolón de Lord Howe, y navegar hasta él. Desde allí un vapor les condujo a Australia donde, en un hospital, el autor pone fin a sus notas y al viaje. De los que le acompañaban a su salida de San Francisco sólo su esposa Charmian volvió con él a los Estados Unidos, y a ella está dedicado el libro.