Una tranquila mañana de septiembre del año 1922, el vapor "Oberburgemeister Hanke" salía del puerto de San Petersburgo, que ya había cambiado su nombre por Petrogrado, en dirección a Alemania. Con el tiempo, a esa nave se la llamó el barco de los filósofos. A bordo llevaba 25 intelectuales y artistas rusos expulsados por el gobierno soviético acompañados de sus familiares. Entre ellos Bulgakov, Ilin, Lapshin, Frank, Losski. También Nikolay Berdiaev y, con él, el manuscrito de El espíritu de Dostoyevski. Este libro, que el lector tiene en sus manos, es el fruto de años de confrontación entre la obra literaria de Dostoyevski y la experiencia vital de uno de los más interesantes (y más desconocidos) pensadores cristianos del siglo XX. Un ensayo que tomó forma definitiva en un momento clave de la historia europea, a partir de las conferencias que impartió Berdiaev al principio de los años veinte del siglo pasado en la Moscú soviética. Sin embargo, es un libro cuya desbordante actualidad se nutre sobre todo de la imperecedera verdad acerca de la naturaleza humana encarnada genialmente en los personajes de las obras de Dostoyevski y compartida magistralmente por Berdiaev. Este libro refleja el camino por el cual el escritor guió al filósofo. Es un excepcional itinerario a través del corazón humano
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
---|---|---|---|---|
2008 | Nuevo Inicio |
254 |
978-84-936102-1-0 |
Comentarios
Reedición de un clásico del
Reedición de un clásico del filósofo ruso, Nicolai Berdiaev, expulsado de Rusia por los soviéticos en 1922, en el famoso “barco de los filósofos”. Y afincado en Francia desde entonces.
El origen del libro son las conferencias que pronunció Berdiaev en 1920 en Moscú, ya dominado por los soviéticos.
Con gran claridad y hondura, el pensador afronta los grandes temas de la obra de Dostoievski, que son los grandes temas de la literatura y de la filosofía y de la vida: Dios, el hombre, la libertad, el mal, el amor…
En la obra de Dostoievski, al analizar la situación de Rusia (hay un capítulo del libro de Berdiaev dedicado al alma rusa, según Dostoievski), se anticipa lo que sucedería en ese gran país unas decenas de años después: la revolución comunista.
Berdiaev dedica un capítulo a analizar la leyenda del Gran Inquisidor, que trata del hombre que se hace dios, contrapuesto a Jesucristo, el Dios-Hombre. Y, con gran finura de análisis, Berdiaev expone que Dostoievski no criticaba tanto al catolicismo romano como al socialismo totalitario, el comunismo, al que se anticipó, que pretende la felicidad del hombre, el paraíso en la tierra, coartando la libertad y controlando todo. Con la mayor y más cruel tiranía que ha conocido la historia…
Berdiaiev. Que en un tiempo fue socialista y marxista, se distancia del marxismo y lo define como una religión que pretende salvar al hombre organizando su vida, no solamente sin Dios, sino contra Dios, y por tanto, contra el hombre. Y en 1909 ya escribe: “por senderos complicados y sinuosos llegué a la fe y a la Iglesia de Cristo, a la que considero ahora como mi madre espiritual”.
Concluye Berdiaev con un análisis de la grandeza y los límites de la obra de Dostoievski, y su significación para nosotros en la actualidad: la grandeza de la libertad y sus riesgos, que no por ser una aventura arriesgada, ha de dejar de intentarse, pues es la única forma de crecimiento y, por tanto, de felicidad del hombre y de cumplimiento de su vocación divina al amor, pues el mismo “Dios ha querido correr el riesgo de nuestra libertad”, en frase feliz de San Josemaría Escrivá de Balaguer.