El intermediario

Entretiene. Quizá sea lo único que pretenda el autor. Me ha parecido más un ejercicio de erudición que la narración de una trama de intriga. Adquieren más importancia la descripción de ciudades, monumentos y costumbres italianas que el argumento. El detallismo del aprendizaje del italiano me ha resultado exagerado. El resumen se podría quedar en que es una novela con un escenario demasiado complejo que enmarca un argumento demasiado simple (que no sencillo). Una cosa me ha dejado clara: es imposible sobrevivir sin un mínimo de lealtades.

Típica novela del género que tanto ha prodigado este autor. No aporta mucho más que la tensión de si los "malos" cogerán a los "buenos" (malos reconvertidos) y ciertos conocimientos sobre el funcionamiento de la sociedad y la política americanas que, como suele suceder en estos thrillers, queda por los suelos en lo referente a las peleas internas de los diversos organismos de seguridad, vigilancia e inteligencia. Se desarrolla en gran parte en Europa y hay que reconocer que Grisham se ha tomado la molestia de visitar algunas ciudades y describir con cierto rigor la vida europea sin las simplezas y tópicos a que nos acostumbran otros novelistas sin el menor pudor. Aunque se relatan sucesos inmorales (asesinatos, engaños, fraudes) de todo tipo, se hace sin recurrir al morbo. La credibilidad del relato es lo que menos importa y las lagunas son evidentes. El final es un poco simple y desangelado: en otras ocasiones ha estado más brillante Grisham. Pero la novela no pretende nada más que entretener y lo consigue.