El Papa de la misericordia

Cuando fue elegido Papa Juan Pablo II, enseguida comenzaron a llegarnos noticias sobre sus palabras y sus viajes. S.S. Benedicto XVI no era un desconocido y pronto le acompañamos con nuestro afecto; pero el papa Francisco era desconocido para la mayoría y sobre él nos ha llegado información fragmentaria. Sabemos que vive en la Casa de Santa Marta, en el Vaticano, en vez de hacerlo en los Palacios Apostólicos; nos han llegado sus Encíclicas, y sabemos de sus viajes a la isla de Lampedusa, a Filipinas o Brasil. Pero este Pontífice se está volcando tanto con sus enseñanzas, que el exceso de información termina conviertiéndose en falta de información; se hace precisa una síntesis. Esto es lo que hace Martínez-Brocal en su libro.

La obra se divide en tres partes. La primera es un relato en primera persona sobre la elección y primeros pasos del Pontífice. No tiene mucho interés y puede engañar al que juzgue el libro por sus primeros capítulos. Un Cónclave es parecido al anterior y Martínez-Brocal no aporta nada especial. Sin embargo, a partir de la página 90 aproximadamente, el autor comienza a entregarnos monedas de oro con las enseñanzas del Pontífice. Comienza con la celebración de los oficios de Jueves Santo en la cárcel de menores de Roma. El autor, sin dar demasiada importancia a la cronología, nos introduce en la personalidad y espiritualidad del Papa. Las páginas destilan sabiduría, bondad, cercanía. Si sus antecesores habían destacado por la fortaleza y entrega a la Iglesia, Francisco lo hará por su cercanía y humanidad; por su deseo de curar las heridas de los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Si los hombres no quieren escuchar la Palabra de Dios -nos dirá- por lo menos que vean su Bondad reflejada en vosotros. Previene contra una comunidad cristiana centrada en si misma, que practique una caridad oficial y no se abra a las necesidades de los hombres, incluso de los que la critican. Si Juan Pablo II y Benedicto XVI dejaron claro cómo debe ser la Iglesia del Concilio Vaticano II, el papa Francisco nos enseña la forma de acompañar a los hombres, según el mismo Concilio, sin hacer de ello una ideología.

La última parte del libro son textos breves del Papa sobre la Misericordia; muchos tomados de la Bula `Misericordiae Vultus´. Estos nos hablan de la Confesión, la Contrición, el Perdón o las Obras de misericordia.

Salvando lo que se ha dicho sobre los primeros capítulos, nos encontramos ante un libro importante. No es para leerlo precipitadamente, aunque se lee muy bien. Son joyas sobre la vida cristiana y la cercanía de Dios a nuestras vidas a través del amor misericordioso.