El Parque Gorki

Una buena novela necesita buenos personajes, un buen argumento y un estilo literario de calidad o al menos aceptable. Cruz Smith tiene todo ello, pero digamos que en exceso. Su estilo literario es bueno, pero incurre en grafomanía o verbosidad, según se mire. Este estilo no es adecuado para una novela policíaca, que debería tener un número limitado de páginas. No estamos hablando de Proust o de Alfred Doblin, sino de una novela de la serie negra. El argumento de la novela es complicado en exceso. El autor ha escrito una novela policíaca como podía haberlo hecho de costumbres o de viajes; simplemente porque es capaz de escribir bien y le gusta hacerlo. El atractivo es que está situada en la URSS, cuando este país todavía era un lugar misterioso para los occidentales. Obviamente Cruz Smith ha viajado allí y es capaz de hacernos un dibujo de la vida en la era Breznev: pobreza, corrupción y alcoholismo. Una vida parecida a la de Occidente, pero más difícil; peligrosa incluso para alguien que rehuse adaptarse al sistema. El autor dibuja bien sus personajes, pero nuevamente incurre en el error de multiplicarlos hasta el extremo que hace difícil -incluso innecesario- seguirlos a todos. Lo mejor de esta obra está en la segunda parte, en la que sólo dos personajes interactúan entre si. El final es violento pero gratificante; si sobran personajes nada mejor que deshacerse de ellos con un buen tiroteo.