El rey recibe

Barcelona, 1968. Rufo Batalla recibe su primer encargo como plumilla en un periódico: cubrir la boda de un príncipe en el exilio con una bella señorita de la alta sociedad. Coincidencias y malentendidos le llevan a trabar amistad con el príncipe, que le encomienda, entre otras cosas, escribir la crónica de su peculiar historia. El opresivo ambiente de la gris España franquista pronto se quedará pequeño para Rufo, que viajará a Nueva York con poco dinero, grandes esperanzas y el difuso objetivo de hacer algo emocionante con su vida.
   Rufo Batalla será testigo de los fenómenos sociales de los años setenta, como la igualdad racial, el feminismo, el movimiento gay o el desplazamiento de los grandes centros culturales y la deriva de la cultura hacia nuevas formas de expresión, fenómenos que en buena parte hicieron del presente lo que es hoy. Y dejará constancia, no tanto de los hechos como de la forma en que lo vivieron quienes los presenciaron.
   Con la conocida unión de maestría narrativa y refinamiento estilístico del autor, personajes reales e imaginarios, típicos del universo de Eduardo Mendoza, se dan la mano en esta novela, brillante inicio de la trilogía Las Tres Leyes del Movimiento, que recorrerá los principales acontecimientos de la segunda mitad del siglo XX.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2020 Booket de Planeta,S.A.
366
9788432236440
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2
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Imagen de Azafrán

Livonia existió históricamente hablando. El resultado son los tres países bálticos Estonia, Letonia y Lituania. Tuvieron que vérselas constantemente con todos sus vecinos que luchaban por anexionarse estos territorios. El resultado es una mezcla de etnias (finlandeses, bielorrusos, polacos, eslavos, etc.) y con países interesados en el comercio (daneses y alemanes principalmente). El duro clima y la geografía les facilitó su supervivencia durante siglos. Solo algunos comerciantes en son de paz consiguieron que aceptasen a monjes cistercienses primero y a órdenes religioso-militares después, de los que aprendieron el cultivo de la tierra y la religión cristiana.

En 1944, el Ejército Rojo ocupó estos territorios y hasta 1991 no recuperaron su independencia tras sufrir numerosas purgas entre sus clases intelectuales y entre los miembros más activos.

Eduardo Mendoza teje su novela El rey recibe sobre la historia de los Países Bálticos conocidos anteriormente como Livonia. El rey al que se refiere sería el heredero de la corona de Livonia quien naturalmente vive en el exilio.

Lo primero que conviene señalar es que no es una novela de acción. El lector debe saber que se enfrenta a un largo discurso en el que un joven, Rufo Batalla, periodista, consigue un trabajo en un periódico catalán. Su primer encargo es la boda del rey de Livonia que tendría lugar en Pollensa, Mallorca.

Los preliminares del largo discurso describen la sociedad catalana y burguesa de los años sesenta.

Para Eduardo Mendoza, los jóvenes de su generación habían sido educados bajo una autoridad férrea de la iglesia católica que les impuso la religión del mismo modo que Franco impulso a sus padres una conducta social respetable.

El envejecimiento del caudillo y la influencia del comportamiento de las sociedades europeas, así como la apertura al turismo como medio de subsistencia sentaron las bases para el cambio. En ese cambio, Eduardo Mendoza atribuye su parte a Manuel Fraga Iribarne, embajador en el Reino Unido primero y ministro de Información y Turismo después, quien convenció a Franco de la aceptación de una ley de prensa mucho más permisiva.

Así nos encontramos a un joven periodista, Rufo Batalla, que no se considera católico (… todos habíamos abandonado la religión… cfr. Págs., 82 y ss.) y que, como los jóvenes franceses, se había adherido al movimiento de mayo del 68 que promovía la libertad sexual, a la exaltación del comunismo y la invocación de Freud como guía en los conflictos interiores que se pudieran generar y todo ello a pesar de que los defensores del movimiento no habían leído en su mayoría ni a Marx ni a Freud. (Cfr. Pág.108)

Rufo Batalla llegó al hotel donde se celebraba la boda, salió a los jardines, y se quedó dormido. Los hombres de seguridad del rey de Livonia le encontraron y le retuvieron en una habitación: se perdió la ceremonia y por lo tanto no pudo enviar su comentario al periódico. Concluida la celebración, el rey de Livonia se presentó en su habitación y para compensarle le concedió una entrevista en exclusiva lo que le supuso un espaldarazo y el nombramiento de director de una nueva revista de cotilleo social.

Su nueva condición laboral le permitió abandonar la casa de sus padres y convivir con Claudia, una joven farmacéutica que se hizo muchas ilusiones. Pero Rufo lo que quería era viajar a New York, así que se buscó un trabajo en la delegación de la Cámara de Comercio en New York y abandonó la revista y a Claudia.

Antes de marcharse, abrió, a petición del rey de Livonia, una cuenta bancaria compartida con el rey Tukuulo, en Barcelona. Fue un favor que le pidió el rey pues no tenía domicilio ni cumplía los requisitos de la ley. De hecho, se lo pidió la reina Isabella con quien Rufo compartió cama por segunda vez.

La segunda parte es una descripción de la terrible ciudad de New York para la gente que llega con pocos posibles, la sordidez de los ambientes pobres y peligrosos y de los compañeros de trabajo y diversión con los que se fue relacionando. Una española casada con un pudiente abogado americano, la China, le introdujo en el mundo de las relaciones sociales: Valentina con la que mantuvo relaciones y Erni, un homosexual deprimido recogido por Valentina en su apartamento, formaron su círculo.

Su estancia en New York coincidió con la visita de don Juan Carlos y doña Sofía y la recepción de sus Altezas Reales a la que Rufo. Fue invitado.

En una de sus visitas a los bares frecuentados por Erni recibió un aviso que resultó ser una invitación del rey de Livonia, ahora en New York. El rey de Livonia le pide que lleve una carta a Tokio. Para confirmarle en su disposición, le cuenta la historia de Livonia que ya hemos resumido al comienzo de este comentario y Rufo accede.

Rufo no llega a viajar a Tokio porque el asesinato de Carrero Blanco impone la permanencia de los funcionarios en sus puestos. Y finalmente decide viajar a Barcelona a pasar las navidades con su familia.

A su regreso a New York, en su oficina le comunican que alguien está intentando conectar con él. Final abierto que sugiere una segunda parte.

A lo largo de todo el relato, Eduardo Mendoza comenta sus opiniones sobre las diferencias entre las ciudades españolas Madrid y Barcelona (cfr. Pág. 117), los curas (cfr. Pág. 135), las consecuencias para Alemania de las dos grandes guerras (cfr. Pág.139-140), el Paralelo en la ciudad de Barcelona (cfr. Pág. 150), las consecuencias de la guerra civil española (cfr. Págs. 166 y ss.), el comunismo en los EEUU (cfr. Págs. 193 y 194), la política de España, la democracia, el feminismo, la religión, el capitalismo, la política exterior de los EEUU, el caso Watergate (cfr. Págs. 214 y 215), la Navidad (cfr. Págs. 224 y 225), el movimiento guay y el feminismo (cfr. Págs. 244 y 245), la cultura musical de la gente de los EEUU (cfr. Págs. 260 y ss.), las diferencias entre los sermones de los curas católicos y los de los pastores de las iglesias en los EEUU (cfr. Pág. 266 y ss.), las galerías de arte en New York…