El síndrome de Mozart

En 1961 un cardiólogo neocelandés apellidado Wiliams realizó el primer diagnóstico general de un síndrome genético que se produce en cada 20.000 seres humanos. Descubrió que a las características patológicas derivadas de este síndrome, como dificultades psicomotrices y acusado retraso mental, entre otras, se unían aspectos sorprendentes como una inusual riqueza lingüística y, sobre todo, una extraordinaria habilidad musical, llegando incluso a tocar instrumentos perfectamente, sin leer ni escribir música; "una capacidad musical, en medio del vacío".

Muchos de los afectados de este denominado síndrome de Williams, tienen incluso oído absoluto, algo que, al parecer, sólo los músicos profesionales pueden llegar a alcanzar. Músicos como Mozart.

"El síndrome de Mozart" es la historia de uno de estos casos. Es la historia de Tomi, un joven de dieciocho años con retraso, pero acusado oído musical. En la novela, con la que el escritor Gonzalo Moure obtuvo la XXV edición del Premio de Literatura Juvenil Gran Angular, se habla de sentimientos, de amor y ternura y, sobre todo, de música. Se describe además el amor entre una joven adolescente, Irene, y Tomi, el protagonista.

Tomi se acerca a Irene gracias a las investigaciones que el padre de ésta, neurólogo que trata de demostrar que Mozart tuvo el síndrome de Williams, realiza acerca de la enfermedad del chico. A través de su relación, Irene descubrirá la mente del joven, diferente a las demás en habilidades pero no en sentimientos y comprensión hacia la música. "Tomi ve el mundo de una manera distinta, desde el mismo corazón de la música, donde no hay antes ni hay después, donde no hay tú y yo, sino nosotros, todos".

"Yárchik había dicho una vez que llegará un día, dentro de tal vez miles de años, en el que los seres humanos hablarán con música (...). Dice que la música contiene mucha más información que las simples notas (...), sólo hace falta que el cerebro desarrolle la capacidad de producir y de leer esa información. Que algunos, como Mozart, podían hacerlo, y que en su música siguen vivos los mensajes, esperando las mentes que lleguen a ser capaces de leerlos".