Hay quien subraya la capacidad de Dickens para hacernos sonreír, o su habilidad para transmitir ternura. La variedad y profundidad de sus personajes llegan al corazón y despiertan la conciencia, haciéndola más sensible ante la injusticia y la hipocresía, y regalando un humor sano que aleja toda angustia y obsesión. Dickens denuncia la sociedad de su tiempo, herida por la ausencia de caridad y amor. Sus obras siguen ofreciendo hoy una gran lección de humanidad, donde cada personaje tiene siempre algo que enseñarnos.
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Aun habiendo leídos algunas
Aun habiendo leídos algunas novelas de Dickens, este libro me ha parecido espléndido para conocer mejor a este autor inglés. El repertorio de personajes que aparece en sus múltiples novelas resulta fascinante, de una variedad y una riqueza sorprendente. Pero además se advierte en Dickens siempre un empeño moralizante. El lector nunca se queda indiferente, siempre hay algún personaje que puede enseñarle algo. En este resumen que nos presenta Mariano Fazio alguien podría advertir una pega: al hablar de las diferentes novelas está desvelando algunos aspectos de la intriga que el lector no descubriría hasta el final. Aunque pienso que después de conocer a tantos personajes de tantas novelas y tramas diversas, lo más normal es que uno se haya olvidado de lo que corresponde a cada novela. Desde luego se queda uno con las ganas de seguir leyendo a este autor. Leer artículo...
Estudio muy interesante sobre
Estudio muy interesante sobre la obra de Dickens (1812-1870), subtitulado “Una lección de humanidad”. Dividido en 18 capítulos, se trata de un recorrido por las historias y los personajes de este autor que nos hablan esencialmente de la dignidad de las personas. Los capítulos están ordenados cronológicamente partiendo de las obras más antiguas, y en total se analizan catorce novelas largas dentro de la ingente producción del autor. Tanto el resumen de los argumentos como la reproducción de abundantes citas literales de estas obras, ayudan al lector para seguir perfectamente la interpretación y el análisis de los personajes, aunque no se haya leído la novela.
El estudio comienza con una introducción titulada “Todo cuanto tenga forma humana”, en la que se presenta brevemente la biografía de Dickens y su posible proyección en las novelas: su vida estuvo marcada por los problemas económicos, especialmente en su juventud; y su variada experiencia laboral le hizo ponerse en contacto con distintos ámbitos sociales (tribunales, burocracia, política, prensa), y conocer directamente los problemas de las clases más bajas y desfavorecidas. Su innumerable galería de personajes provoca sentimientos de compasión y ternura por la situación de miseria, injusticia e hipocresía en la que tienen que sobrevivir.
Como afirman algunos críticos, es el escritor de Londres por excelencia, sabe reflejar perfectamente las contradicciones de una sociedad en pleno proceso de industrialización. Se trata de presentar un mundo normal, ordinario, hecho de vida familiar y de trabajo, especialmente de gente humilde, los más pobres e ignorados; y entre los más débiles se encuentran los niños, una infancia necesitada de cariño. Así entre sus grandes títulos no se pueden olvidar “Oliver Twist” (1837), “David Copperfield” (1849), o “La pequeña Dorritt” (1855). Sin embargo, en medio de los dolores y angustia de la vida terrena, se alza la cosmovisión cristiana del autor, la esperanza del más allá que ilumina sus vidas: “Reveló a millones de seres humildes hasta dónde llegaba el valor de eternidad de sus pobres vidas” (S. Zweig, p.29).
Dickens, que fue un gran lector a lo largo de toda su vida, ha conseguido “hacer grandes lectores”; y este magnífico ensayo de Mariano Fazio consigue que nuestra lectura sea aún mejor.