Rama es un chico de trece años, de una familia pobre, que vive en Sri Lanka, situada en el océano Índico. Obligado a trabajar de pastor, apenas puede asistir a clase, y en la escuela se ríen por su falta de conocimientos. Una noche tiene un sueño muy especial que le ayudará a enfrentarse a su destino y le dará la oportunidad de salir de la pobreza y la ignorancia: debe dirigirse hacia la Gran Muralla. Pero para conseguirlo, tendrá que superar todo tipo de riesgos y de obstáculos. Un viaje que el autor aprovecha para mostrarnos la riqueza de la geografía y la cultura asiáticas.
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Relato infantil en el que el protagonista Rama, un niño de 13 años, realiza un largo viaje desde Sri Lanka hasta la Gran Muralla de China, recorriendo diferentes países del Lejano Oriente como India y Pakistán. Como es frecuente en la literatura, se trata de un viaje iniciático, de transformación personal y de crecimiento interior del personaje que va en busca de un gran tesoro con el fin de sacar de la miseria a su familia. Así en este recorrido pasa junto al río Ganges, las aguas sagradas para los hindúes que allí se purifican el cuerpo y el alma; visita Varanasi, la ciudad de los muertos; y admira grandes monumentos como el Taj Mahal, entre otros muchos lugares.
Dividido en catorce capítulos, que facilitan su lectura así como la progresión de la trama, cada capítulo se sitúa en un lugar diferente, donde Rama se encuentra con un anciano que le ayuda en el viaje y le narra un cuento, porque “es la gente mayor la que más te podrá ayudar, ya que los ancianos son los más sabios en cualquier lugar. Pero no lo olvides: si quieres obtener algo de ellos, actúa siempre con paciencia” (p.16). En todos estos cuentos, los protagonistas suelen ser animales personificados, que con sus acciones destacan una virtud o un defecto, ya que sobre todo hay que aprender de los propios errores. Así encontramos la enemistad entre perros, gatos y ratones; el engaño entre la garza, los peces y el cangrejo; la astucia del sirviente que se comió el pollo de su amo; en definitiva, una curiosa selección de relatos de tradición popular que hacen más atractiva la obra. Con cada uno de ellos, el protagonista va aprendiendo una lección y una moraleja a lo largo del camino y, poco a poco, consigue el tesoro de la sabiduría, de la que nace la auténtica riqueza tanto espiritual como material.
Así pues, la obra resulta de interés en diversos aspectos por la información geográfica, cultural y literaria que proporciona. Por tanto, aunque la prosa es sencilla y presenta ciertas dificultades de expresión estilística y de inseguridad técnica (se trata de la primera obra infantil de este autor), su lectura puede resultar recomendable y atractiva para los adolescentes.