Un repaso a la historia intelectual de España entre 1860 y 1881: monarquía de Isabel II, I República y Alfonso XII. Un forcejeo entre las ideas conservadoras y el libre pensamiento. El autor sigue el hilo conductor de la enseñanza y, dentro de ésta, a dos filósofos y pedagogos de inspiración alemana: don Julián Sanz del Rio y su discípulo don Francisco Giner de los Rios. El primero introdujo en España la filosofía del pensador alemán Kraüse. El segundo fundó una institución educativa moderna, la Institución Libre de Enseñanza. Prólogo de don Florentino Pérez Embid.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
---|---|---|---|---|
2010 | Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales |
560 |
9788492827664 |
Prólogo de Octavio Ruiz Manjón. |
Comentarios
La lucha por la modernidad,
La lucha por la modernidad, tal como la entendieron los krausistas, pasaba por liberar a España de la tutela que ejercía la Iglesia Católica sobre la enseñanza y, por ende, de la propia Monarquía católica. El primer frente de batalla se abre en la Universidad. Los discípulos de Sanz del Rio se movilizan contra el Ministerio para reclamar aquello que llaman la libertad de la Ciencia; según su criterio los docentes no podían estar limitados en sus enseñanzas por nada que no fuera la ciencia misma. Es lo que más adelante se conocerá como libertad de cátedra.
Sorprende como en momentos críticos para el país, en medio de las guerras carlistas, la monarquía de Amadeo o la I República, el Parlamento gasta sus fuerzas y las del Gobierno en discutir sobre política educativa sin llegar nunca a un acuerdo. Relata Vicente Cacho como ciertas voces católicas, singularmente don Marcelino Menéndez Pelayo, se alzaron para impugnar a los krausistas y el monopólio sobre la Ciencia que estos pretendían.
Fracasado el intento por imponerse en la Universidad o de crear una Universidad Libre, los krausistas evolucionan para convertirse en un movimiento pedagógico. Su fundador es don Francisco Giner de los Ríos, que en 1876 impulsa la Institución Libre de Enseñanza. Ésta se consolida como un centro docente para los estudios primarios y secundarios. En élla no se estudia la religión, pero sus gestores tratan de introducir todos los adelantos pedagógicos que la enseñanza oficial, por su inercia, no es capaz de implementar.
Hoy vemos como la enseñanza pública es aconfesional -no laica- y los docentes no están sometidos a control en sus enseñanzas, los planes de estudio se han modernizado y el Estado realiza en élla importantes inversiones; no obstante se sigue escuchando el sonsonete sobre "la enseñanza pública de calidad" y comprobamos como las ideologías más radicales tratan de imponer sus criterios sobre la misma. La enseñanza sigue siendo campo de batalla ideológico para la izquierda y punto sensible para los católicos.
Este volumen está numerado por su autor como primero (1860-1881) de una serie que nunca llegó a completar, ya que la Institución Libre de Enseñanza continuó su andadura hasta 1936. Aparecido en 1962, el autor comprobó como el clima político no era adecuado para seguir publicando sobre la cuestión y la abandonó. El libro es apto para los interesados en la historia del siglo XIX, así como la historia de los movimientos pedagógicos en nuestro país.