La isla de Abel

Novela infantil de aventuras sobre la imaginación y la superación de las dificultades. Inspirada en los cuentos tradicionales de animales personificados, el protagonista es Abel, un ratoncito de buena clase social, que vive de las rentas de su madre y está casado con Amanda. Abel nunca ha tenido que trabajar ni esforzarse para conseguir las cosas que posee; hasta que un día, durante una excursión al campo con Amanda, se desencadena una fuerte tormenta y el ratoncito es arrastrado por el agua y el viento hasta llegar a una isla desierta en medio de un río. Cuando Abel comprende que nadie sabe dónde está y que no vendrán a rescatarlo, tiene que poner toda su imaginación y su fuerza de voluntad para ingeniar formas de salir de la isla: construir una balsa, escribir mensajes de socorro, hacer un túnel, proyectar un puente, etc. Los meses pasan y Abel tendrá que prepararse para pasar el invierno en la isla: almacenar provisiones y construir un refugio para defenderse de la nieve y del frío.

La novela es obra de William Steig (Nueva York, 1907 – Boston, 2003), ilustrador, escultor y autor de literatura infantil, galardonado con diversos premios literarios. Su obra más conocida es Shrek!, que inspiró la película de DreamWorks estrenada en 2001. Además, se consideran ya clásicos de la literatura infantil algunos de sus libros como Silvestre y la piedrecita mágica, Doctor de Soto y La isla de Abel. En esta última, Steig presenta la figura del náufrago, personificado en un ratoncito que debe enfrentarse solo a todo tipo de adversidades. En la isla, Abel tendrá que poner a prueba todas sus capacidades y valores: ingenio, imaginación, prudencia, paciencia, esfuerzo, trabajo, voluntad, siempre con el recuerdo de su esposa y de su familia y con la esperanza de volver a verlos: “Si recordaba a su familia, era porque una familia es lo único que no se puede olvidar” (p. 124). Una obra muy recomendable para pequeños y mayores.