La promesa (Buck)

Conociendo el amor que sentía Pearl S. Buck por la nación china -su padre había sido misionero presbiteriano en ese país- podemos suponer que los hechos narrados en esta novela corresponden a un hecho real. Los norteamericanos y los británicos habían prometido ayuda a los chinos en su lucha contra los japoneses, pero terminó siendo el Generalísimo chino Chiang Kai Shek quien envió una división a Birmania para auxiliar a los occidentales. Los chinos habían cubierto a los británicos en su retirada, para darse cuenta demasiado tarde de que los europeos volaban los puentes después de cruzarlos y que el ejército chino había quedado aislado, sin retroceso posible y a merced de sus enemigos.

El Generalísimo chino sabía de antemano que la batalla de Birmania estaba perdida, no obstante consideró una cuestión de honor que China cumplise su compromiso con los occidentales, confiando en que su lealtad fuera premiada al final de la guerra.

Por su parte, el pueblo birmano veía a los chinos como otros extranjeros dispuestos a invadir su país, por lo que se sumó a la persecución de los ejércitos británico y chino en retirada. La enfermera Mayli reprocha a los ingleses que, después de tantos años como potencia colonial en Birmania, hayan sido incapaces de ganarse el afecto de ese pueblo. La realidad es que los occidentales veían a los asiáticos como inferiores, y los propios chinos no se imaginaban hasta qué punto sus supuestos aliados se lo iban a demostrar inmediatamente con la rotura de los puentes.

Como en tantas novelas de la escritora norteamericana encontramos una historia de amor entre la enfermera Mayli y Sheng, el soldado protagonista de la historia. La forma de novelar de Pearl S. Buck ha quedado un poco anticuada, pero sus novelas están bien estructuradas; gozaron en su momento de una gran popularidad y la autora recibió el premio Nobel de Literatura en 1938, inmediatamente antes de la Guerra Mundial, por su obra La buena tierra.

Para cualquier público.