El poemario consiguió un accésit del Premio Adonáis 2021, entre otras razones «por su transparencia y aparente sencillez», como señaló el jurado. Dividido en dos apartados, con un poema de contraste por medio («Ninfea»), el poemario se mueve entre las referencias amorosas de la primera parte y las inevitables pérdidas humanas de la segunda: eros y tánatos en juego. Así, los textos iniciales hablan de experiencias de amor a través de las cuales el autor descubre el desconsuelo, si bien vinculadas en algún momento a lugares geográficos de resurrección luminosa, mientras que los de la segunda parte, con cierto aire desolador, se centran en el poder degenerativo del ser humano ?aquí es muy significativo el poema que dedica a su padre? y en su final, la muerte, simbolizados en ambas secciones como ciudades, auténtico paisaje urbano en el que se desarrolla el libro.
Con un estilo orientado a la claridad expresiva, la precisión léxica, el lenguaje conversacional, el empleo del verso endecasílabo blanco o las reiteraciones de frases a modo de hilo conductor de algunos textos, y con un sentido moral evidente, sobre todo en la segunda parte, García Cuevas escribe un poemario lúcido, de enorme riqueza emocional, al tiempo que refleja la brillantez y soltura de un poeta joven para quien la poesía es principalmente fruto de la inteligencia y del estremecimiento: expresiones encendidas del alma.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2022 | Ediciones Rialp, S.A. |
72 |
978-84-321-6091-2 |
Volumen 685 de la colección Adonáis de Poesía, en versiones impresa y digital. |
Comentarios
Buen poemario, el segundo de Andrés María García Cuevas, con el que ha obtenido un accésit del Premio Adonáis de 2021. El título responde bien al contenido, pues bastantes poemas tienen como motivo viajes a lugares concretos, generalmente urbanos, y otras referencias autobiográficas más o menos explícitas. Pero la ciudad adquiere también un valor simbólico en las dos partes del poemario: en la primera, predomina el tema amoroso, mientras que en la segunda, la fugacidad de la vida y el tono elegíaco por la pérdida de vidas cercanas. Con un lenguaje claro, buen dominio del ritmo, son abundantes los endecasílabos, los encabalgamientos y las repeticiones de palabras o expresiones. Habrá que estar atentos a la trayectoriacde este joven poeta. Luis Ramoneda