Conferencia pronunciada por el autor en el Estudio General de Navarra el 14 de febrero de 1962. Apartados: I. Introducción. II. El régimen canovista. III. La Institución Libre de Enseñanza. IV. El asociacionismo obrero. V. El movimiento reformista. VI. Del reformismo a la República. VII. La vorágine republicana. VIII. La Tercera España.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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1962 | Rialp y Ateneo de Madrid |
37 |
Título completo: Las tres Españas de la España contemporánea. |
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Vicente Cacho tenía alma
El profesor Vicente Cacho tenía alma liberal. Había hecho su tesis doctoral sobre la Restauración borbónica en España, la Institución Libre de Enseñanza y su fundador Francisco Giner de los Ríos. Comienza la conferencia citando a un político liberal en el exilio, Salvador de Madariaga. Según éste las tres Españas estarían simbolizadas por tres Franciscos: Francisco Largo Caballero, Francisco Franco y Francisco Giner de los Ríos. Vamos a resaltar tres ideas de este libro: a) La debilidad intelectual de los políticos de la Restauración. b) La aparición de movimientos reformistas. c) El respeto a las creencias de la población católica como piedra de toque de la tolerancia y de una convivencia posible.
Según el autor, los políticos de la Restauración carecían de un proyecto ideal para el país más allá del mantenimiento del régimen monárquico y la paz social. En consecuencia comienzan a aparecer movimientos reformistas como la Institución Libre de Enseñanza, el Partido Reformista de Melquiades Álvarez, el Partido Socialista de Pablo Iglesias y un grupo de intelectuales republicanos entre los que destaca Manuel Azaña. Estos movimientos van adquiriendo importancia en la medida en que la pierden los partidos políticos del "turno", conservadores y liberales.
Con la llegada de la República los movimientos reformistas se radicalizaron. En el seno del movimiento obrero el PSOE corre el riesgo de verse desbordado por los anarquistas; para evitarlo, el partido que había fundado Pablo Iglesias (ético, intelectual y reformista) da paso a un partido socialista revolucionario liderado por Largo Caballero, cuyo modelo es la URSS. El PSOE, partido mayoritario y principal artífice de la Constitución de 1931, practicó una política sectaria respecto a la Iglesia católica y los republicanos de Azaña se sumaron a la misma. En el otro bando, el intento de articular una derecha republicana y moderada -la CEDA- cedió el liderazgo en la oposición a partidos de la derecha radical: Carlistas, Acción Nacional, Falange Española y Bloque Nacional. Al estallar la Guerra Civil la facción moderada de ambos bandos fue totalmente destruida: unos fusilados y otros exiliados. El mismo Presidente de la República, don Manuel Azaña, ignorado por todos en su exilio del sur de Francia, quiso reconciliarse con la Iglesia antes de morir,
Hoy -en 2018- comprobamos de nuevo como la derecha española está débil ideológicamente. El Partido Socialista bordea la línea del respeto a las creencias de los ciudadanos católicos y está presionado a su izquierda por partidos radicales. Por último, los entonces llamados partidos regionalistas -hoy nacionalistas- se posicionan como lo hicieron durante la sublevación de Asturias de 1934, cuando Lluís Companys proclamó el Estado Catalán, o en 1936, adhiriéndose al Frente Popular. El reformismo consagrado por la Constitución de 1978 vuelve a estar en peligro.
Don Vicente Cacho recoge unos valiosos consejos que el Cardenal-Primado de España, don Isidro Gomá, daba a los católicos españoles en 1933. Decía así: "Desde un alto sitial se ha dicho que España no es católica. Sí lo es, casi toda; pero lo es poco por la escasa densidad del pensamiento católico y por su poca tensión en millones de ciudadanos". Y añadía. "Amad a la Iglesia, porque en España difícilmente pueden convivir en un mismo corazón el odio a la Iglesia y el amor a la patria".