El hombre es un ser privilegiado. Lo hizo Dios a su imagen y semejanza, y le dio inteligencia y libertad para que encaminara la vida hacia un destino inmortal y feliz. Sin embargo, en el drama de la existencia humana sobre la tierra, experimenta la tensión de no saber qué decisión tomar. En esa encrucijada difícil le asisten ayudas poderosas, y tropieza también con obstáculos que tientan su libertad. A favor, los ángeles; combatiéndole, el demonio.
Así, hay enemigos, pero hay amigos; más amigos y más poderosos que los enemigos. Los ángeles desempeñan una custodia eficiente con el hombre para que guarde fidelidad a Dios ante los embates del demonio.
La consideración teológica sobre los Ángeles tiene como desenlace inevitable esta pregunta: ¿Qué son los Ángeles para nosotros? Y la respuesta: Los Ángeles son nuestros custodios, que nos iluminan, ayudan, guardan y defienden en la gesta arriesgada y heroica de la salvación.
Estas páginas pretenden ayudar a descubrir el tesoro de conocer, tratar y sentir a nuestro lado a los ángeles amigos con inmenso poder, y evitar así las rondas del enemigo poderoso, perverso e insaciable: el diablo.
Comentarios
Es, sin duda, angelical. Es
Es, sin duda, angelical. Es el tema. Pero tengo la impresión de que, en el empeño de llenar trescientas y pico páginas, se dicen muchas cosas un poco en el límite de lo que es teología y lo que es piedad poco sustentada. No tiene ninguna pega teológica, es totalmente recomendable, pero creo que da muchas vueltas.