En los años 60 los líderes estudiantiles soñaban con cambiar las cosas a través del activismo radical. Kent M. Keith, entonces estudiante en Harvard, defendía otra postura: por loco que a veces parezca el mundo, el individuo puede actuar correctamente y contribuir a mejorarlo. Entonces decidió escribir un manifiesto basado en diez mandamientos paradójicos que, con el paso de los años, han sido adoptados por personas de toda índole y condición, entre ellas la Madre Teresa de Calcuta.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2002 | Temas de hoy |
120 |
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Comentarios
El autor en ningún momento apela a la religión para encontrar el sentido personal de la vida, por lo que resulta interesante para cualquier lector que tal vez no comparta los ideales de una religión o una creencia, pues aún así, pueden encontrar su propio sentido personal a las cosas que hacen día a día. Lo importante para el autor, es entregarse a una meta y un objetivo, que puede ser la religión en algunos casos.