Esta adaptación de las leyendas de Bécquer, trata de poner al lector en contacto con el autor sevillano y su obra. Adapta dos leyendas: "Maese Pérez, el organista" y "La cruz del diablo".
Los sucesos importantes casi nunca se olvidan. Si además los cuentas con emoción se convierten en historias. Y si además pasan muchos, muchos años, y todavía la gente los recuerda, se convierten en leyendas. Quizá son tus primeras leyendas. Pero verás qué misteriosas y emocionantes son.
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Esta adaptación de las leyendas de Bécquer, trata de poner al lector en contacto con el autor sevillano y su obra. Adapta dos leyendas: "Maese Pérez, el organista" y "La cruz del diablo". Están escritas en un lenguaje muy sencillo y de cada una de ellas el autor selecciona los pasajes más significativos, lo que hace que el lector se ponga en contacto con la literatura de misterio tan atractiva para muchos.
Respecto de las ilustraciones, las imágenes –a sangre- ocupan siempre dos páginas y el texto se inserta en una de ellas sobre la superficie de color que abarca un plano de mayor tamaño. Son realistas reproduciendo infinidad de detalles, muchos de ellos del entorno, paisaje o arquitectura, que contextualizan las escenas a las que alude el texto. El color se trabaja con tintas planas y es la línea –una línea negra con matices de diferentes grosores- la que determina las formas y los detalles de la figuración. En algunos casos la profundidad del dibujo se logra haciendo esos trazos con un color frío, azul o verde, o cálido, según sea la intención del ambiente dibujado. Con frecuencia los fondos –cielos o superficies de terreno en los exteriores, y muros en los interiores- se prolongan creando una superficie amplia y aportando silencio a la composición lo que refuerza la expresión o la concentración de datos y movimiento en otra zona del dibujo. Resulta muy interesante prestar especial atención a las composiciones que alternan primeros planos, vista aérea, panorámica, detalles o planos bajos.
Mª LOURDES CASTRO