¿Por qué deberíamos considerarnos cristianos? Hoy somos liberales y, por consiguiente, no necesitamos dirigirnos al cristianismo para justificar nuestros derechos y libertades fundamentales. Somos laicos y, en consecuencia, podemos considerar las fes religiosas como creencias privadas. Somos modernos y, por tanto, creemos que el hombre debe hacerse a sí mismo, sin necesidad de guías que no procedan de su propia razón. Y eso sin contar otras cosas. En Europa estamos hoy por la unificación y, en consecuencia, debemos evitar dividirnos mencionando el cristianismo entre las raíces de la identidad europea. Estamos integrando en nuestra propia casa a millones de musulmanes y, por tanto, no podemos pedir conversiones en masa al cristianismo. Estamos atravesando en nuestras sociedades occidentales por la fase de la máxima expansión de los derechos y, en consecuencia, no podemos permitir que la Iglesia interfiera y ponga obstáculos al goce de los mismos. Etcétera. En este libro Marcello Pera refuta todos estos por tanto y en consecuencia desde una posición laica y liberal, que se dirige al cristianismo para pedirle las razones de la esperanza. No se trata de conversiones o iluminaciones o arrepentimientos, sino de cultivar una fe (no existe otra expresión adecuada) en los valores y principios que caracterizan a nuestra civilización, y de reafirmar los fundamentos de una tradición de la que somos hijos, con la que hemos crecido, y sin la cual seremos todos más pobres.
Comentarios
De acuerdo con lo que dice Ran. Haría especial hincapié en la dificultad de una confrontación intercultural. Ya otros autores han advertido que no es posible el multiculturalismo. Cabe que una persona llegue a una cultura que no es la suya y que procure adaptarse, con más o menos dificultades. Pero lo que no cabe es la convivencia de dos o más culturas en un mismo territorio. Pero Europa ahora no tiene fuerza ni entidad para defender lo que ha conquistado a través de veinte siglos y está dispuesta a retroceder siglos aceptando sin más otras posiciones que no son ni cristianas ni occidentales, y que son claramente más primitivas. Marcelo Pera denuncia este problema, porque hay muchos políticos que prefieren una situación caótica que dar la razón al cristianismo.
El autor nos ofrece una obra indispensable, por su claridad, lucidez y profundidad, para conocer las razones, y explicar, la crisis de identidad que atraviesa Europa.
Marcello Pera aborda el tema desde la perspectiva de su dilatada experiencia como político y como profesor universitario, acudiendo a las fuentes de la actual cultura europea, sin hacer concesiones a lo "políticamente correcto", es decir, a una corriente laicista que socaba los cimientos cristianos de nuestra civilización: el liberalismo concebido como doctrina laica no se sostiene. Su consejo es precisamente éste: volver a los orígenes: dar sentido a Europa desde los principios y valores cristianos que la hicieron posible.
Las raíces de Europa son cristianas, y sin fundamento en los valores y principios cristianos, como ocurre en el momento actual, no hay posibilidad de hacer viable la unidad de Europa, con una carta magna común que nos haga sentirnos verdaderamente europeos.
Es más, Marcello Pera plantea como única solución volver a las raíces cristianas, sin las que la cultura occidental no puede ser coherente y subsistir; también para poder afrontar el reto y el embite del islamismo: sin identidad no puede haber diálogo, ya que como afirma el autor, este diálogo ha de desarrollarse en el campo de la cultura y no de la religión.