¿Quién cuenta las estrellas?

El rey Christian X se rindió ante la Alemania Nazi en 1940. El reino de Dinamarca era demasiado pequeño como para sobrevivir a un enfrentamiento contra Alemania. Los daneses se rindieron ante la ocupación pero lucharon a su manera por mantener su dignidad. Quemaron su flota antes de que los alemanes la incautasen y ayudaron a los judíos residentes en el país cuando los alemanes comenzaron a “reasentarlos”. Los pescadores de Dinamarca remodelaron sus pequeñas embarcaciones de pesca y prepararon en ellas pequeños cubículos donde ocultaban a los judíos. Así los transportaron a Suecia. En las semanas que siguieron al Año Nuevo judío, casi toda la población judía de Dinamarca, unas siete mil personas, logró escapar por mar a Suecia.
Los científicos suecos colaboraron con los pescadores daneses. Consiguieron elaborar una sustancia que anulaba la capacidad olfativa de los perros nazis adiestrados para descubrir los escondites donde se ocultaban los judíos.
Este es el marco histórico en el que se desarrolla esta novela. Los Johansen, una familia danesa, ayudan a los Rosen, judíos. Cada miembro de la familia colabora en la medida de sus posibilidades: de una forma más o menos consciente según sus diferentes edades. La protagonista de la historia, Annemarie, de doce años, alter ego de la escritora, narra la vivencia de toda esta situación con la perspectiva que le da su adolescencia apenas comenzada.
Los valores que tradicionalmente se transmiten dentro de la unidad familiar son el sustento de la lucha por la libertad y la dignidad humana, sin importar las distintas nacionalidades o razas.
Annamarie aprende, y con ellas todos los jóvenes lectores, el sentido del sacrificio y de la generosidad supeditados a la amistad. Por esa amistad toda la familia se arriesga, e incluso, su hermana y el novio de su hermana llegan a morir. Esta novela recibió la Medalla Newbery por la defensa de los valores universales del ser humano y su dignidad y libertad.