La novela toma como hilo conductor los avatares de un manuscrito que, bajo el nombre de Samarcanda, contiene las Ruba’iyyat del poeta Omar Jayyám. En el marco de la Persia medieval el autor recuerda a Hassan Sabbah, fundador de la secta de los Asesinos que desde su fortaleza de Alamut tuvo aterrorizado al país.
El relato da un salto de siglos para contar el intento democratizador que se produjo en Persia, a comienzos del siglo XX, impulsado por los seguidores del pensador y activista Yamaleddin. El intento resultó abortado por los intereses coincidentes de Rusia e Inglaterra. La historia termina con la pérdida del manuscrito de las Ruba'iyyat.
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El interés de esta novela
El interés de esta novela reside en mostrar distintos momentos en la historia del Islam. El Islam clásico está representado por el astrónomo, matemático y poeta del siglo XI Omar Jayyam. Éste componía cuartetas en las que versificaba sus pensamientos. En ellas se muestra hedonista y librepensador. Quizá por eso las Ruba'iyyat tuvieron una gran difusión en Occidente en el siglo XIX. En la novela la figura de Omar Jayyam contrasta con la del rigorista Hassan Sabbah, fundador de la secta de los Asesinos.
El autor da un salto en el tiempo para hablarnos de Yamaleddin, un reformador del mundo islámico. Éste, observando su decadencia y sujección a las potencias occidentales durante el siglo XIX sugiere una modernización. El intento para democratizar Persia fracasa por la oposición de Rusia y Gran Bretaña. Estas potencias hacen lo posible para promover gobernantes dóciles a sus intereses. Resulta humillante leerlo y saber que ese país está pasando en la actualidad por un desdichado periodo de rigorismo religioso. Es obligatorio preguntarse si la situación de hoy no es una respuesta a los hechos de ayer.
Amin Maalouf, libanés exiliado en Francia, publicó esta novela unos años más tarde de la vuelta del ayatolah Jomeini a Irán. Detrás del relato parece esconderse la pregunta de porqué los países islámicos no pueden ser países democráticos normales (en realidad hay mucho de anormal en esa normalidad); porqué no pueden existir en ellos librepensadores como Omar Jayyam o propuestas modernizadoras como la de Yamaleddin; porqué no puede haber libertad, honradez y justicia. Ernest Renan había afirmado que el Islam era incompatible con las libertades cívicas, algo que Yamaleddin niega. Piensa que cabe una interpretación liberal del Sagrado Corán y evoca el ejemplo de Lutero como reformador religioso.
Es curioso como los islamistas radicales defienden que el Islam es una religión de paz, y recuerdan que en su época clásica rescató para Occidente la filosofía griega e hizo avanzar la medicina, la astronomía o las matemáticas. Es cierto, pero entonces ¿qué pasa ahora para que periodistas, pensadores o novelistas tengan que exiliarse en Occidente? ¿Son las circunstancias socioeconómicas las que lo han radicalizado? ¿Es su respuesta a la actitud de Occidente? ¿Son los intereses de sus gobernantes? ¿Son los líderes religiosos? Hay países de mayoría islámica que han llevado a cabo su modernización sin dificultades, como han sido Indonesia, Malasia o Singapur, ¿por qué otros no lo consiguen o ni siquiera lo intentan?
La novela es muy agradable de leer y parece ser histórica en sus hechos y personajes. El argumento (el manuscrito de Omar Jayyam) es marginal, porque lo verdaderamente importante son los interrogantes que plantea sobre la historia de Irán y el islamismo.