Todos los maestros de vida espiritual consi-deran que "hacer oración" es el medio indispensable para crecer en la vida cristiana, para conocer y amar a Dios, y para responder a la llamada de santidad que Él dirige a cada uno.
Hoy en día, muchas personas tienen sed de vida espiritual, sed de Dios, y quieren hacer oración, pero no saben muy bien cómo empezar, o una vez iniciada la práctica de la oración, la abandonan en cuanto tienen dificultades.
Pero la perseverancia en la oración -según el testimonio unánime de los santos- es la puerta estrecha que nos abre el Reino de los Cielos, y la fuente de la auténtica felicidad.
Convencido de esta verdad, el autor ofrece en este breve y jugoso libro, sugerencias y consejos sencillos que orientan a toda persona deseosa de hacer oración, ayudan a perseverar y aportan respuesta a las dudas que puedan surgir. Para ello se apoya en las experiencias de grandes contemplativos de la Iglesia, como Juan de la Cruz, Teresa de Jesús o Teresa de Lisieux.
Jacques Philippe es miembro de la Comunidad de las Béatitudes. En su seno ha asumido importantes responsabilidades (consejo general, responsable de los sacerdotes y los seminaristas, responsable de la formación de los pastores). Ordenado sacerdote en 1985, predica retiros en Francia y en el extranjero.
En Rialp ha publicado: La paz interior; La libertad interior; En la escuela del Espíritu Santo y Llamados a la vida.
Comentarios
Es un libro breve, sencillo, que dice todas aquellas cosas que son elementales para aclararnos sobre qué significa hacer oración. No es un tratado místico profundísimo y exhaustivo en el que uno puede perderse. Por eso me gusta recomendarlo a todos aquellos que tienen cierto interés por el tema, ya sean principiantes, ya sean algo expertos.
El autor es un sacerdote con experiencia de las almas y sabedor de que sin oración apenas se desarrolla la vida cristiana ni es posible el apostolado; con peligro de confundirlo con una labor asistencial. Tiempo para Dios es una "Guía para la vida de oración", como dice el subtítulo, que enseña el contenido de la oración y anima a vivirla como algo habitual, pues no hay santo sin oración. Nos dice que la oración es un tiempo más o menos largo de buscar la intimidad con Dios, normalmente a través del diálogo con Jesús, contemplándole y sirviéndose de quienes le han tratado bien, como la Virgen María o los santos.
Consta de cinco capítulos y dos breves apéndices. Y empieza bien pues en el primer capítulo nos dice que la oración no es una técnica sino una gracia: la oración no es un yoga cristiano. Los siguientes capítulos abordan cómo emplear el tiempo de la oración; después cómo ejercitar nuestras la inteligencia, el corazón y la voluntad, llevados por la fe y el amor; más adelante trata de las condiciones materiales de la oración, como el tiempo, el lugar o la postura. El último capítulo muestra algunos métodos de oración y modos para superar las dificultades. Una buena traducción permite disfrutar más de esta breve obra.
¿Quién puede asegurar que ya sabe hacer oración? Aunque servirá a los empiezan por estos caminos, quizá sea más útil para quienes llevan un tiempo haciéndolo a fin de mejorar su oración y tener tiempo para Dios. Siempre es clave la fidelidad a esa cita con Dios: vale más una oración pobre pero fiel que momentos de oración sublimes aunque esporádicos, nos dice el autor. En cualquier caso esta obra abrirá horizontes y anima a seguir intentando ser testigos creíbles, porque tratan a Jesucristo y se comprometen en la misión de santificar este mundo.