Guatemala, 1954. El golpe militar perpetrado por Carlos Castillo Armas y auspiciado por Estados Unidos a través de la CIA derroca el gobierno de Jacobo Árbenz. Detrás de este acto violento se encuentra una mentira que pasó por verdad y que cambió el devenir de América Latina: la acusación por parte del gobierno de Eisenhower de que Árbenz alentaba la entrada del comunismo soviético en el continente.
Tiempos recios es una historia de conspiraciones internacionales e intereses encontrados, en los años de la Guerra Fría, cuyos ecos resuenan hasta la actualidad. Una historia que involucró a varios países y en la que algunos verdugos acabaron convirtiéndose en víctimas de la misma trama que habían ayudado a construir. En esta novela apasionante, que conecta con la aclamada La Fiesta del Chivo, Mario Vargas Llosa funde la realidad con dos ficciones: la del narrador que libremente recrea personajes y situaciones, y la diseñada por aquellos que quisieron controlar la política y la economía de un continente manipulando su historia.
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Novela de trasfondo histórico
Novela de trasfondo histórico sobre la agitada situación política de Guatemala en los años 50 del siglo XX. La trama se centra en la manipulación y en los intrincados resortes que se pusieron en marcha para propiciar el golpe militar en Guatemala en 1954: con él, fue derrocado el presidente Jacobo Árbenz y, en su lugar, auspiciado por Estados Unidos y la CIA, ocupó la presidencia Carlos Castillo Armas, posteriormente asesinado en circunstancias poco claras. Así pues, la novela recoge sucesos reales acaecidos entre 1940 y 1959, “una historia de conspiraciones políticas e intereses encontrados durante el período de la Guerra Fría”.
Sin embargo, junto a los personajes y hechos históricos, se van mezclando elementos y personajes ficticios con el fin de poner de manifiesto, de forma más clara, el poder de la manipulación y la capacidad de dominar la opinión pública. Así, con esta mezcla de realidad y fantasía, de verdad y de mentira, la trama se va complicando y, a veces, no queda clara la separación entre los elementos reales y los ficticios. Esto, unido a los saltos en el tiempo y a las continuas evocaciones del pasado a lo largo de la novela, complican y dificultan en ocasiones la lectura. Como ha reconocido el propio autor en la presentación de la obra: «Esto es una novela, no un libro de historia, por eso hay muchos elementos de ficción y detalles imaginados».
En cuanto al título de la obra, “Tiempos recios”, el autor hace referencia a una expresión de Santa Teresa de Jesús, que en el Libro de su vida afirma: “andaban los tiempos recios”, para describir los problemas y la situación dura de la época en la que le tocó vivir. Con esto, Vargas Llosa pretende hacer una comparación entre aquellos momentos difíciles del siglo XVI y los años convulsos de Guatemala en el siglo XX. Y así, quizá en este afán de destacar las intrigas políticas, el libro se complica y pierde valor literario.