Rodolfo Estrafalario expone en el museo. El gran artista abstracto es una persona muy peculiar, igual que sus obras, igual que las personas que visitan su exposición.
En un museo puedes encontrar todo tipo de cuadros. Y también todo tipo de gente. En este museo en particular hay artistas, estudiantes, turistas japoneses..., pero también ladrones, ancianas con ganas de echar a volar y un chorizo muy moderno. Cuando todo esto se junta, puede ocurrir cualquier cosa.
Una obra de teatro para leer y representar. Un montón de personajes y muchas risas.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2018 | Ediciones SM |
148 |
978-84-9107-270-6 |
Ilustraciones de Gabriel Salvadó. Colección: El Barco de Vapor. Serie Naranja
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Obra de teatro, escrita en
Obra de teatro, escrita en clave de humor, sobre el concepto de arte en la actualidad. La acción se desarrolla en un museo de pintura, probablemente en la ciudad de Madrid, donde se va a inaugurar una sala con los cuadros del célebre pintor Rodolfo Estrafalario. De apariencia y apellido muy significativos, se trata de un famosísimo artista que está muy de moda por ser posmoderno, posconceptual, transvanguardista: palabras rimbombantes que, en el fondo, carecen de significado concreto. Así pues, en la obra el tema más importante es la revisión del arte abstracto y el mundo de las exposiciones, donde sobresale el postureo y las interpretaciones más extravagantes; como afirma una de las ancianas visitantes: “Pintan cuatro rayajos y nos dicen que eso es arte” (p. 108).
Pero, además, sobre el escenario van a desfilar más de treinta personajes que representan diferentes clases sociales, distintos oficios y personas de todas las edades. Por allí pasan las señoras de la limpieza, el albañil, el vigilante, los ladrones, los turistas japoneses, las ancianas, las alumnas de las clases de arte…, hasta la alcaldesa, el concejal, la baronesa y la comisaria de la exposición que van a inaugurar oficialmente el recinto. A través de todos ellos y siempre con escenas llenas de humor, la autora va a hacer una crítica divertida sobre la sociedad actual, con temas muy interesantes para reflexionar sobre ellos como la educación artística, la convivencia, las relaciones sociales, la igualdad, la conciliación familiar, el trabajo, la libertad en el obrar, etc. Por todo ello, como afirma la autora Mónica Rodríguez, la obra se presta a varios niveles de lectura e interpretación, más o menos profundos, y también a lectores (o posibles actores) de diferentes edades y cursos de Primaria.
Por último, las ilustraciones son obra de Gabriel Salvadó. Los dibujos, originales y divertidos, ayudarán a representar e imaginar a los diferentes personajes con su vestuario y apariencia correspondientes. Además, en el libro se incluyen todos los datos necesarios para su posible representación, relativos al atrezo y decorados, a la música y efectos especiales, y la relación de personajes con sus características y vestuario. Como afirma la autora en la introducción, se trata de “una obra de teatro compuesta por disparatadas escenas cortas donde multitud de personajes (guías, artistas, familias, políticos, turistas, pintores ¡y hasta ladrones!) van hilando sus vidas y sus particulares personalidades, que nos hacen reír… ¡y también pensar!” (p.7).