Un lobo llamado Wander

Novela juvenil inspirada en la vida de un lobo gris. Tal y como figura en el subtítulo “La historia real de un lobo extraordinario”, el relato está basado en la vida y los viajes de un lobo gris que existió realmente: “Su nombre era Oregón 7 (OR-7) y nació en las montañas de Wallowa, al noreste de Oregón, Estados Unidos” (p. 165). En 2011, cuando tenía unos dos años, tuvo que abandonar su hogar y recorrió unos 1.600 Km hasta llegar al norte de California. Allí, por fin, encontró un hábitat semejante al de su infancia, las montañas Siskiyou, y consiguió formar su propia manada.

El relato está narrado en primera persona por el propio lobo que, desde su nacimiento, va contando cómo era su manada, sus hermanos, el olor a tierra húmeda y a hierba seca de la madriguera, el olor a hogar y el aroma de su madre. En los primeros meses, los lobeznos comienzan su proceso de aprendizaje: diferenciar los olores, buscar comida, distinguir animales, aprender a cazar acompañados de sus padres. Pero el ataque de una manada de lobos blancos disgrega a su familia y tiene que huir emprendiendo un largo viaje, un viaje iniciático en el que afrontará grandes peligros, se enfrentará a otros depredadores, sufrirá una herida gravísima y un pavoroso incendio: en definitiva, dejará la infancia y se irá convirtiendo en un lobo adulto sobre el que pesa la soledad cada vez más y el deseo de formar su propia manada. Gracias al narrador en primera persona, podemos conocer todas las sensaciones del protagonista en los diferentes episodios y sus sentimientos más profundos de cariño y ternura a la familia, el miedo y la soledad en el viaje, el dolor y la superación en los momentos más difíciles.

La autora de la obra es Rosanne Parry, nacida en Oregón, autora de varias novelas y profesora de Escritura Creativa. Con un estilo preciosista y elegante, presenta esta historia de supervivencia, “una vibrante celebración del mundo natural” según afirma la crítica. En ella, especialmente, destacan las preciosas descripciones de la naturaleza y de los animales que la habitan, con un maravilloso uso de la adjetivación que potencia el paisaje y sus colores, las montañas y las estrellas, el viento y la lluvia. La obra se completa con las magníficas ilustraciones de Mónica Armiño, ilustradora de Madrid que trabaja como freelance para diferentes estudios de animación y editoriales. Sus dibujos en blanco y negro representan con gran acierto, ternura y realismo, tanto los ambientes naturales como a los animales que habitan en ellos. Así pues, se trata de una obra muy recomendable para jóvenes y adultos.