Visión de Anáhuac (1517)

Visión de Anáhuac (1517), de Alfonso Reyes (1917) es un breve ensayo o poema, según se mire, sobre la visión de la ciudad de México tal y como se la encontraron los conquistadores españoles. La sensualidad de la descripciones hace que veamos, olamos, sintamos... la lluvia, los colores, los olores del mercado, las calles, los canales de esa urbe, la "región más transparente del aire" que, al cabo, le hizo escribir una segunda parte, la Palinodia del polvo. Alfonso Reyes, uno de los grandes eruditos del siglo XX, un ensayista genial, un poeta clásico y un narrador mediocre, que tradujo a Chesterton, hizo una versión prosificada de una calidad fuera de lo común de nuestro Cid y que fue el maestro de Octavio Paz, mexicano admirado por Borges, propuesto para el Nobel de Literatura en diversas ocasiones, diplomático y excelente ser humano, escibió este ensayo-poema en España, evocando desde ese cierto exilio aquello que dejó tan lejos. Tiene otros ensayos como La experiencia literaria que hay que leer, una obra de teatro que es una locura de belleza y de sentimientos, la Ifigenia Cruel, y una obra poética, que se puede encontrar en sus Obras Completas, publicadas por el Fondo de Cultura Económica, que contiene versos inolvidables. Pero si tuviera que recomendar algo de la enorme obra (en cantidad y calidad) de este mexicano universal sería, sin duda, Visión de Anáhuac, de apenas cincuenta páginas. Son múltiples las ediciones.