Agustín, San

Obispo, confesor, teólogo, padre y doctor de la Iglesia. Hijo de Patricio, pagano, y Mónica, cristiana. Estudia en Tagaste, Madaura y Cartago. En su juventud, cuando pertenece a sectas maniqueas y esotéricas, tiene un hijo ilegitimo, Adeodato; practica la magia, la astrología y recibe la influencia del escepticismo académico de Platón, el neoplatonismo y se acerca al cristianismo; en 387 san Ambrosio bautiza a Agustín y a su hijo en Milán. Se le considera el pensador más influyente en el desarrollo de la filosofía medieval hasta el siglo XIII y uno de los creadores de la escuela patrística, corriente de pensamiento que sentó las bases de la filosofía del cristianismo. Agustín parte de la idea de que Dios es el ser supremo y en Él residen las ideas eternas e inmutables que condicionan el orden existente en el mundo. Afirma que el mundo no es homogéneo, sino una escalera ininterrumpida de seres que ascienden hacia el Creador; en ella el hombre es síntesis de plantas y animales, posee un alma racional, libre albedrío y ocupa lugar especial, el microcosmos. Establece que por la predestinación Dios elige a unos hombres para salvación y a otros para las torturas en el Infierno, de esta manera se forman dos reinos opuestos, el divino y el terrenal. Sostiene que la Iglesia es en parte la expresión máxima del reino celestial, por eso la Iglesia terrenal no es más que la preparación para la celestial. Valerio, obispo de Hipona, lo nombra presbítero; a la muerte de éste, Agustín asciende a esta dignidad. Enfrenta las múltiples corrientes maniqueas y heréticas, a las que perteneció; y se dedica a la construcción de templos. Entre sus obras se destacan la autobiografía Confesiones, donde admite sus pecados y su tránsito a la fe; los tratados De beata vita (De la vida bienaventurada), Soliloquia (Soliloquios), De Trinitate (Acerca de la trinidad), Contra académicos (Contra los académicos), La ciudad de Dios y Tratado de la Gracia, contra las herejías, cartas, sermones y ensayos sobre los evangelios. Muere durante el sitio de las vándalas en Hipona. En su honor la Iglesia católica consagra el 28 de agosto.