San Juan de la Cruz

Juan de Yepes y Álvarez –nombre en el siglo de San Juan de la Cruz- nació en 1542 en Fontiveros (Ávila). A los veintiún años ingresó en la Orden del Carmen. Acababa de ser ordenado sacerdote cuando conoció a Santa Teresa de Jesús y se puso a sus órdenes para la reforma del Carmelo masculino. Encarcelado por sus superiores, que se oponían a tal reforma, tomó en prisión la costumbre de traducir sus sentimientos religiosos en composiciones poéticas. Sus poemas principales son "Cántico espiritual", "Noche oscura del alma", "Llama de amor viva", "Vivo sin vivir en mí" y "Darle a la caza alcance". Falleció en Úbeda en 1591. Durante su vida había destacado como maestro de oración y director de almas. El papa Pio XI lo proclamó Doctor de la Iglesia.

Ediciones

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2000 Plaza y Janés
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"San Juan de la Cruz fue el primer poeta español que leí al ir a vivir a España. La impresión que me causó fue enorme. Me pareció que ningún poeta de ningún otro país había alcanzado unas cimas tan altas en expresión lírica". Así se expresa Gerald Brenan en el Prefacio de esta obra. Sorprende saber que Brenan, conocido sobre todo por su obra política "El laberinto español", se sintió tan impresionado por la obra poética del fraile de Fontiveros. El autor cuenta que dedicó dos años a leer en el Museo Británico todo lo referente a San Juan de la Cruz y su tiempo. Finalmente, "considerando el tema demasiado alejado de mis otros intereses, lo abandoné y dejé el libro sin acabar". Habían de pasar más de cincuenta años para que aquel libro llegara a publicarse. El hecho de que Brenan no fuera un especialista en San Juan de la Cruz supone una ventaja para esta obra. La biografía del santo es esquemática y el autor se centra en aquellas cosas que le llaman la atención arrastrando con él al lector. En el Prefacio hablará de "dramatismo" en la vida del santo. Un detalle amargo ensombreció sus últimos días. Teresa de Jesús ya había fallecido; el provincial de los descalzos y confesor de Teresa, el padre Gracián, fue sustituido por un italiano de apellido Doria que llegaría a ser el primer superior general de la Orden. Doria apartó a Gracián y lo expulsó de la Orden; asimismo pretendió expulsar a Juan de la Cruz. Su muerte y la fama de santidad que arrastraba pusieron fin a la investigación. Ello nos demuestra que donde actúa el Espíritu de Dios se mueve también el diablo buscando algo para rebañar. A la biografía del Santo se acompañan dos apéndices: "Sobre la ascendencia judía de Santa Teresa" y "Sobre los alumbrados o iluminados". El estudio de la poesía del santo es deudor de Dámaso Alonso en su obra "La poesía de San Juan de la Cruz". Brenan busca las influencias de la poesía medieval, renacentista y popular en San Juan de la Cruz y, como no, de la poesía amorosa del "Cantar de los Cantares". La obra de Juan de la Cruz es reducida, de forma que más que de poesía habría que hablar de arrebatos poéticos transidos de ardor y espiritualidad. El libro termina con una recopilación de sus poemas.