José María Gil Robles fue un político católico que dirigió el grupo de derechas más numeroso durante la II República española; se denominó Acción Popular y en 1933 se integró en una coalición más amplia bajo el acrónimo de CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas). "No fue posible la paz" es el testimonio del autor sobre el periodo que comienza en 1931, con el abandono del trono por el rey Alfonso XIII, y desemboca en el alzamiento militar de 18 de julio de 1936. Gil-Robles manifiesta que creyó en la República, en cuyo gobierno participó. La tesis del libro está reflejada en el título; de acuerdo con la opinión del autor y a pesar de la voluntad de su grupo político la guerra civil fue inevitable.
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No muy lejos de donde vivo
No muy lejos de donde vivo hay un pequeño monumento en el que puede leerse la siguiente inscripción: "La República siempre en la memoria". Para algunos la II República fue un breve periodo democrático al que puso fin un golpe militar; para otros, en cambio, se trató de un desastre absoluto que terminó haciendo necesario el golpe de Estado. A pesar de que la sombra de la República y la guerra civil todavía penden sobre nosotros -recordar la Ley de la Memoria Histórica o la misma declaración de la República catalana de 2017-, la II República ha sido poco estudiada entre nosotros. Parece que fuera preferible invocarla como tópico y paradigma que como realidad; y es que, si hacemos caso a Gil-Robles, como realidad la II República fue muy poco ejemplar: nueva manifestación de las dos Españas siempre dispuestas a agredirse entre si.
Lider del grupo político de derechas más numeroso durante el periodo 1931-1936, el alzamiento militar sorprendió a Gil-Robles en Francia desde donde se exilió en Portugal. En ese país escribió la mayor parte de esta obra entre 1936 y 1937. Quizá por ello su lectura tiene el sabor de lo cercano. Gil-Robles intenta justificar su actuación durante la República que había sido cuestionada tanto por las izquierdas como por la derecha más radical, y luego lo fue por el franquismo.
El libro resulta demasiado extenso, 822 páginas incluyendo 5 apéndices y los índices. Hubiera sido útil una versión abreviada porque el libro, como documento histórico aunque sea de parte, tiene mucho valor. En el Epílogo el autor señala los errores en los que incurrió la República y recomienda la democracia y la reconciliación de las dos Españas. Publicado por primera vez en 1968, es sintomático como volvió a publicarse en 1978, recien llegada la democracia al país, y nuevamente en 2006, prueba de que hay quién considera que todavía nos acechan los demonios de la división que denuncia el autor en su libro.